miércoles, 30 de enero de 2008

sábado, 26 de enero de 2008

Dia da Infancia Misionera

Mañá a Igrexa celebra a Xornada da Santa Infancia ( Infancia Misonera ).

O lema deste ano é: ¡ Mans á obra !. Unha cita dos nenos, para axudar ós máis pequenos do Terceiro Mundo, coa sua oración e coa sua colaboración económica.

El lema de la infancia Misionera para este año está muy bien: “Manos a la obra”. Me gusta.

“Manos a la obra” quiere decir que aprendamos a decirle a Jesús que cuente con nosotros para todo lo que haga falta. Jesús es muy de fiar.

“Manos a la obra” es el grito que me gustaría escuchar a todos los niños del mundo a la vez. Si nos uniésemos todos:



seguro que se acababan las guerras
que se multiplicaban los parques;
que la gente recuperaba en buen humor;
que se celebraban partidos de fútbol sin árbitro;
que aparecían en los bares –en vez del “se prohíbe;

o “no se prohíbe fumar”,
otros letreros que dirían “Está permitido reír”…


“Manos a la obra” también supone que aprendemos mucho, para inventar mucho, para descubrir nuevas medicinas y nuevas energías; para hacer periódicos que sólo den buenas noticias, para ir pensando que, dentro de unos años, habrá que suplir a los misioneros que se hagan viejos.


Me parece a mí que voy a proponer en mi colegio que todos los años sorteen antes del verano entre los alumnos tres viajes a una misión. Me encantaría que me tocase. Seguro que me gustaba más ese veraneo que cualquier otro.



Y si no consigo lo del sorteo… pues entonces me propongo y os propongo que leamos mucho de misiones y que usemos internet para informarnos bien; que podamos ser los corresponsales de los misioneros en España.


Pero si yo me volviera loco, me cambiaba un trimestre por un niño del Tercer Mundo. Me iba yo a vivir donde él vive, y le dejaba mi cuarto en casa para que él viva y estudie donde yo. Sería un intercambio “guai”. ¿Es una locura? No creo.


En fin, la fiesta de la Infancia Misionera hace que inventemos y nos animemos mucho y nos pongamos manos a la obra para hacer el mundo más bonito y a las personas más amigas de Jesús. ¡Casi nada!



Por Xavier Ilundain

jueves, 24 de enero de 2008

AÑO DE SAN PABLO (2008-2009)


El 28 de Junio de 2007, durante las Vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros, el Papa proclamó un año especialmente dedicado a San Pablo, con ocasión de los dos mil años del nacimiento del “Apóstol de las Gentes”.

Durante todo este año desde “O facistol”, jueves a jueves, iremos acercándonos a la figura de San Pablo, comentando su biografía, viajes, escritos, teología... Presentaremos, resumiremos e intentaremos iros acercando buena parte de los libros que un año dedicado a San Pablo está haciendo imprimir.

Hoy vamos a comenzar descubriendo por qué es necesario volver la mirada hoy a San Pablo. Os invito a que reflexioneis las siguientes razones que me sirvieron hace dos años para una conferencia con la que se inauguró el curso de la Escuela Diocesana de Teología de Seglares.

RECUPERANDO A SAN PABLO
LA ACTUALIDAD DEL PERSONAJE

Hemos leído mal la obra de Pablo, incluso la desconocemos, por eso es necesario regresar a San Pablo. No debemos ignorar las nuevas perspectivas que en la actualidad se están presentando acerca del personaje en innumerables estudios.

Debemos aprender que a Pablo hay que leerlo en su verdadero orden, en el de su pensamiento, y que sin rechazar las cartas deuteropaulinas, debemos ser honestos a la hora de atribuir al personaje de Pablo lo que le pertenece. Al César lo que es del César y a Pablo lo que es de Pablo. Esta lectura nos aporta a un nuevo personaje, limpio de muchos “pegotes” con los que lo habíamos ocultado y oscurecido.

Pablo es por lo tanto un personaje de actualidad, porque merece ser colocado de nuevo en el sitio que siempre se ha merecido. Porque su palabra y su transmisión de la experiencia de fe a través de sus escritos alimentó siempre la vida de una Iglesia que hoy tiene una deuda impagable con este gran misionero y apóstol.

Por otra parte ningún “padre conciliar” del Vaticano II aportó a la teología actual lo que aportó San Pablo. El Concilio Vaticano II habló con lenguaje paulino, evidentemente. La eclesiología del Vaticano II, se podría decir que es eminentemente paulina.

El modelo de la Nueva Evangelización lo tenemos en San Pablo, por una simple razón, pertenecía a tres mundos: judío, griego y romano. Fue capaz de poner en categorías nuevas un mensaje que nacía en el judaísmo. Fue uno de tantos apóstoles que lo universalizó. No fue el universalizador único del cristianismo ni podemos llegar a decir que Pablo fue el artífice el cristianismo, como a veces se ha dicho. Pero verdaderamente, es el personaje que conocemos como ningún otro, cuyo testimonio ha llegado hasta nosotros. Aquel que se desvivió creando y recorriendo comunidades, evangelizando y explicando el evangelio de modo comprensible a sus interlocutores. Sin elevaciones ni intelectualismos.

Al comenzar el estudio de la Teología, miramos hacia San Pablo, el gran comunicador, el gran teólogo y el gran cristiano. Porque ¿qué es un teólogo o un cristiano sino un comunicador de la fe? Con sus palabras, pero también con su vida, trabajando entre trabajadores y enfrentándose a naufragios y temporales, a ilusiones y a desilusiones. Permaneciendo firme en una fe, con la alegría de un Dios que lo acompañaba. Esa alegría que nada ni nadie podía quitarle. Con la certeza de que nada lo podía separar del amor de ese Dios que cegó de amor un día a un perseguidor cristiano en el camino de Damasco.


RESTABLECIENDO Y REDIMIENDO A PABLO DE TÓPICOS

Vamos a manifestar una nueva imagen del Apóstol Pablo. Vamos a ser abogados de un personaje que merece ser defendido, y que ha sido fuertemente vilipendiado en innumerables ocasiones.

Le hemos llamado misógino (es decir, que odiaba a las mujeres, que era enemigo de la mujer y de lo femenino. O por decirlo más claramente: machista), lo hemos tratado de engreído, petulante, presumido, “chulo”. Hemos dicho de él que no era concreto en la actuación pastoral, que sus respuestas pastorales eran idealistas, utópicas, espiritualistas y poco aterrizadas en la realidad. Podríamos enumerar incontables obras que dicen que estaba preocupado por temas demasiado místicos, y que no vale para responder a nuestros problemas pastorales actuales tangibles y presentes. La ruptura con alguno de sus compañeros, como Bernabé, ha llevado a muchos a decir que era un individualista, e incluso que sentía envidia de Pedro como líder de la Iglesia, o que se sentía acomplejado denominándose Apóstol sin haber sido uno de los Doce. Y muchos, utilizando la carta a los Corintios, han llegado a concluir que era un esquizofrénico, porque cambiaba de ánimo como cambian los torrentes del Negueb. Y de la esquizofrenia, otros lo han enviado directamente a la más pura locura, y existen libros de médicos y psicólogos que lo citan como modelo de determinadas enfermedades de índole mental. Total y exagerando algo, que proclamamos palabra de Dios las cartas de un demente recluido en un psiquiátrico.

Pablo sigue siendo hoy, como la cabra de la fiesta judía del Yom Kippur, empecatada y arrojada al desierto con nuestros pecados, que no le pertenecen, pero que cargándoselos a él, quedamos como nuevos. El personaje de San Pablo ha sido puesto por muchos en medio de la pista del circo romano, y tenemos que salvarlo de la ingesta vespertina de los leones.

ALGUNAS CLAVES DE LECTURA:


EL ORDEN DE LECTURA

Muchas veces hemos pretendido leer el Nuevo Testamento linealmente, como si comenzase con la infancia de Jesús en Mateo y terminase con el Apocalipsis. La hemos leído pensando que ese fue el orden en que fue escrita. La Biblia no se escribió en el orden en el que hoy la tenemos.

Aquellos apóstoles nunca pretendieron poner por escrito sus experiencias junto a Jesús de Nazaret. No hacía falta, no era necesario, porque aguardaban una pronta venida del Mesías (le llamaron Parusía). Aquello era inminente. La muerte de los primeros discípulos del Maestro puso en sobreaviso a todos de que la transmisión del mensaje comenzaba a correr peligro. Hasta entonces, y por parte de una segunda, incluso tercera generación de cristianos, el evangelio no comenzó a ponerse por escrito, su transmisión fue más bien oral.

Pero, ¿qué sucede con la obra de Pablo? Estamos refiriéndonos al género literario de las cartas. ¿es posible realizar una carta oral? La obra de Pablo toma forma literaria sobre el papiro desde el primer momento. Aquellas misivas tenían que mantener encendidos los rescoldos que Pablo había sembrado de evangelio en las comunidades que había visitado, y que incluso había fundado. Por eso Pablo se escribió antes que los evangelios, adelantándose sus textos y realizando teología cuando todavía las comunidades tenían más de relato de los hechos que de desarrollo del pensamiento cristiano.

Nace así el primer texto del Nuevo Testamento, nos situamos en el año 51 de nuestra Era; la primera Carta a los Tesalonicenses. Ese es el primer retoño del Nuevo Testamento. Pablo es, por lo tanto, el evangelizador por escrito más primitivo del cristianismo, del que hayamos tenido noticias. Las cartas de Pablo fueron previas a los evangelios. Sólo algunas pudieron discurrir paralelamente con la obra del primer evangelio, que no es Mateo sino Marcos. ¡Que lío! ¿Entonces está todo cambiado de sitio? Pues, más o menos. Para eso estamos siguiendo este blog sobre San Pablo y el Nuevo Testamento, para poner en orden el rompecabezas. El que acude a la Teología ha de hacerlo con la mente abierta, descubriendo con humildad que muchas cosas que daba por sabidas, habrá que aprenderlas de nuevo, debemos pasar por ese proceso de composición de nuestro rompecabezas de verdades, que sabíamos mal, porque sabíamos a medias, y las medias verdades algo son también de medias mentiras.

Si 1 Tesalonicenses es la primera carta, lo normal, podríamos incluso llegar a pensar, es que el segundo texto sería la segunda carta a los Tesalonicenses. Y sino el segundo, por lo menos alguno de los siguientes. Pues no, esa no fue de Pablo, en ella hay un lenguaje apocalíptico que no responde a su tiempo, y la comprensión de la escatología no es propiamente paulina. Se escribió cuando Pablo ya había muerto, hacia finales de los años 70, e incluso en la década de los 80. Ese es el segundo dato importante, no sólo, las cosas en el Nuevo Testamento no fueron escritas en el orden en el que se han situado según el canon bíblico, sino que no todo lo que identificábamos como Carta de San Pablo, es de San Pablo. A la muerte de Pablo, sus discípulos firmaron con el nombre de su maestro (la firma va de mi puño y letra), para dar garantía a enseñanzas que pretendían revalorizar y lograr como significativas en la vida de la comunidad; especialmente en la moral de la comunidad, porque, como veremos, la mayor parte de los escritos que no son autoría directa de Pablo tienen una extrema carga de moralina e incluso inician una comprensión eclesial que irá tomando formas más jerárquicas, las cuales terminarían chocando con la comprensión de la comunidad carismática y “pueblo de Dios” que fueron recuperadas por el Concilio Vaticano II, a la luz de una restauración de un Pablo más genuino. No significa que estén mal, sino que en la partitura de la teología, se encuentran en la voz de un bajo, mientras que la voz de Pablo se mantiene como la voz de un tenor. Y por mucho que nos empeñemos en tapar con voces de bajos las voces de los tenores, difícilmente lo podemos lograr. Los bajos son bajos y los tenores son tenores.

PABLO SE LEE EN OTRO ORDEN

En el Nuevo Testamento la obra de Pablo sigue un criterio de orden fundamentado en la cantidad de texto. Las cartas más largas se sitúan al principio y las más breves al final. Leer a Pablo en el orden de la cantidad de sus textos no puede resultar acertado.

Al explicar a San Pablo a mis alumnos, siempre les invito a realizar la lectura del Corpus Paulino en el orden en el que los textos fueron naciendo, por una razón bien lógica. Si seguimos el orden de redacción de los textos paulinos, descubriremos mejor el camino del pensamiento de Pablo. Cómo fueron surgiendo sus ideas, como fue profundizando en su teología hasta la suprema carta a los Romanos. Este orden de lectura nos ayuda a leer también los textos que surgieron después de Pablo por parte de sus discípulos y a comprender cómo se fueron añadiendo ideas no paulinas (también recogiendo algunas de su “testamento intelectual”) cuando la teología cristiana fue adoptando mayor profundidad, especialmente en los momentos en que se fue gestando el concepto eclesial de la misma comunidad.

LO QUE SUCEDE CUANDO RECOMPONEMOS FRAGMENTOS. EL CASO DE LA SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS

El problema del desorden en la obra paulina no sólo afecta al orden de cada una de las obras, sino que incluso al mismo orden interno de alguna de las obras de San Pablo.
Esto es lo que sucede con la segunda carta a los Corintios, que ponemos por caso. Los especialistas no se ponen de acuerdo en cuantas cartas tenemos a los corintios realmente, puesto que parece que en la segunda carta a los corintios existen varias cartas que se han unido, y el texto hace suponer otras posibles cartas que San Pablo escribió a los Corintios y que se habrían conservado.
Hemos de pensar que la obra paulina de las cartas se reunió pasado el tiempo, desde el deseo de hacer conocer a todos las obras de este autor; incluso desde la sed de las comunidades por la obra de alguien de quien sólo tenían una o dos cartas (con suerte más). El intercambio de las cartas entre las diferentes comunidades fue creando el actual Corpus Paulino. Todo fue gracias a la sed de más obra de su fundador, o de aquel querido personaje, que tuvieron aquellos primeros cristianos. Desde sus medios recogieron lo que pudieron y como pudieron.
La segunda carta a los Corintios e popularmente conocida como “la carta de las lágrimas”. San Pablo había recibido malas noticias acerca de la comunidad de Corinto y se pone triste, llegando a afligirse tremendamente. Les enviará una carta a través de algún emisario que vaya a poner orden en el problema. El emisario llegará con buenas noticias y Pablo se pone muy contento como un pastor se alegra con las ovejas que regresan al redil. Les escribe una carta de agradecimiento, con todas sus bendiciones.
Lo que le sucedió a esta carta, fue que todo ese proceso lógico que acabamos de narrar se desordenó. Se conservaban fragmentos de esas misivas, ... un trozo de aquí y otro de allá. Alguien intentó, sin malas intenciones y sólo procurando recuperar las enseñanzas de Pablo, recogerlo todo. Aquel compositor de la obra de Pablo hizo lo que pudo, pero más bien dejó un churro. Pablo pasa de llorar a estar alegre, de felicitar a la comunidad a corregirla y luego darle las gracias. Ese Pablo resultante claro que es un esquizofrénico, pero no es el genuino Pablo.

Si San Pablo viese ahora la segunda carta a los Corintios se sentiría como un obispo que haya realizado unas declaraciones a la prensa, o que hubiera escrito una carta pastoral sistemática y con las ideas muy ordenadas, y que los periodistas (por ignorancia o por tendencia antieclesial) hubieran sintetizado facilonamente en cuatro tópicos, o en la que las ideas fuesen entresacadas de contexto.
San Pablo topó con algo así como con un periodista que difundió su obra. San Pablo nunca pensó que sus cartas se leerían en la Iglesia Universal 2000 años después sin pagarle derechos de autor. Es posible que se pusiese rojo si así lo supiese. Lo de piratear no es algo nuevo, en la Iglesia lo llevamos haciendo 2000 años con la obra de San Pablo. San Pablo escribió a los Corintios (para los corintios), y su obra se ha vendido más para todos que una exclusiva de los “malayos”. Bueno ha sido, pero leámoslo pensando que fue una carta para los Corintios, así se enuncia antes de leerla en la liturgia.
Eso sí, algunas cartas de Pablo son coincidentes, Pablo utiliza fragmentos de otras cartas que le sirven para comunicar lo mismo a otra comunidad. Y lo mismo que hay cartas que responden a la situción concreta y específica de una comunidad, las hay que valdrían para cualquiera de las comunidades, y en las que el nombre a la comunidad a la que va dirigida está hoy en duda por la crítica textual, que no está de acuerdo en atribuir como destinatario esa carta a la comunidad a la que tradicionalmente se le ha atribuido.

EN EL SIGLO I NO HAY CRISTIANISMO SINO UN SISTEMA CRISTIANO

Bruce Malina, G. Theisen, J. D. Crossan y muchos más expertos en sociología del cristianismo defienden esta teoría que yo también apoyo desde mis conocimientos de las primeras comunidades, y en concreto, de la comunidad del evangelio de Juan en su controversia con el mundo judío.

En el siglo I el cristianismo se estaba formando. Nos encontraríamos en los momentos históricos más apasionantes de nuestra existencia cristiana. Se trata del momento en el que los cristianos han de tomar conciencia de que son una realidad diferente de la judía. La expulsión de la sinagoga y la denuncia por parte de los rabinos de la sinagoga hacia aquellos que confesaban a Jesús como Mesías, será determinante para que el nuevo grupo que esta naciendo se comprenda como una realidad nueva. ¿Cuándo se habrían comprendido como una religión nueva?

En el cristianismo del Siglo I, muchas fueron las comunidades en el entorno del Mediterráneo. Todas seguían el mensaje de Jesús, pero no todas tenían el mismo cristianismo ni la misma posición frente a sus raíces judías. Algunas comunidades desechaban el Antiguo Testamento y todo lo que fuese judío para su propia comprensión como cristianos, otras llegaban a la conclusión de que las Escrituras hablaban de Cristo, y que no se podían comprender sino a la luz de Cristo. Según éstos últimos los judíos tenían un velo en su rostro que no les dejaba vislumbrar el verdadero significado de las Escrituras, y ese velo sólo se lo podían quitar si creían en Cristo. La ceguera radicaba en no mirar a través del Enviado, a través del Mesías cristiano debía percibirse la ley, los profetas y la historia de la salvación.

El cristianismo se estaba formando en el siglo I, cada comunidad fue haciendo su particular camino de descubrimiento de la voluntad del Señor. Cada comunidad tenía sus características propias, incluso su propio evangelio litúrgico, recogido de las propias experiencias con Cristo de los discípulos que las habían fundado. En el siglo I no podemos hablar de cristianismo, sino de muchos cristianismos, que se fueron unificando en “la Gran Iglesia” a finales del siglo I, formando nuestro cristianismo actual. Algunos aceptaron a esa Gran Iglesia, e incluso corrigieron algunos de sus errores o diferencias de comprensión iniciales, para adherirse a la Iglesia que nacía con el deseo de ser, UNA.

El Evangelio de Juan es un claro ejemplo. Los seguidores del Discípulo Amado, al final del siglo I, se adhieren al líder fallecido pero fundante de la Gran Iglesia: Pedro. Surge así el último capítulo del Evangelio donde Pedro afirma tres veces lo que tres veces negó, y donde se presenta como el que apacienta todas las ovejas en un único rebaño y con un único Pastor.

Por este motivo, los técnicos prefieren mirar el cristianismo del siglo I más bien como un sistema de cristianismos diferentes, con sus diferencias, pero con sus orígenes y fines comunes claros en Cristo.

Esto supone una nueva definición de cristianismo. El cristianismo sería el sistema religioso que se formó en la segunda mitad del siglo II desde distintas corrientes que tuvieron su lugar de origen en Jesús de Nazaret.

El movimiento de Pablo, como el de Juan, o el de otros apóstoles y discípulos de Jesús, habría que ubicarlo dentro de esa enorme variedad de “cristianismos” que estarían formando el “sistema cristiano” del siglo I.

Esto suponía una enorme creatividad, y un tremendo sentido común. Ese fue el papelón de San Pablo, y el de tantos iniciadores de las comunidades cristianas. Y eso tenemos que valorarlo de un modo muy, muy especial. Jesús no había dejado todo “atado y bien atado”, por suerte. Su espíritu acompañó a aquella Iglesia y acompaña hoy a la nuestra. La gran labor que llevaron a cabo en la puesta en marcha del cristianismo y de la Iglesia como Gran Comunidad de comunidades, fue excepcional. Así debemos valorar también el papel de Pablo, y desde esta perspectiva hemos de leer la obra de San Pablo.


EL PROBLEMA DE LAS FUENTES. LA AUTOBIOGRAFÍA DE LAS CARTAS VERSUS LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES

No es lo mismo leer la historia de San Pablo contada por los Hechos de los Apóstoles, que le dedican buena parte de su obra a contar la conversión, los viajes de Pablo, su afán misionero, ... que unas cartas que nos dejan entrever parte de la vida de Pablo, especialmente en la Carta a los Gálatas, donde tenemos una autobiografía por primera vez. Pero debemos desconfiar siempre de la mirada exaltadora de los discípulos que pusieron mano en las propias cartas de Pablo, para enaltecer a su fundador. Pablo no fue engreído, al contrario, y sería ingenuo pensar que se alabó tanto a sí mismo como aparece en sus cartas. Toda comunidad de monjas dice excelencias de su madre superiora, eso sí, muchas veces cuando ya se ha muerto.

Los Hechos no reflejan la Iglesia real, sino la ideal, por lo tanto muestran a un Pablo que se pone al servicio de la Gran Iglesia... y se liman las asperezas de los desencuentros.

Comprender a Pablo necesita mirar con visión crítica las dos fuentes que tenemos de su persona. No podemos hacer una biografía partiendo de una sóla de estas fuentes sin utilizar la otra. Y crear una biografía significa hacer una utilización crítica de las fuentes, siendo conscientes de la intención solapada e interesada que cada una de ellas guarda en sí misma.

¿EVANGELIZACIÓN A LOS GENTILES?

El pueblo judío era el pueblo elegido, y por lo tanto el destinatario fundamental del mensaje del Mesías. Según fue pasando el tiempo, fue surgiendo la opción que yo llamaría de los Reyes Magos, es decir, que también los pueblos venidos como los Reyes Magos, de un lugar lejano, diferente del pueblo judío, honrase y reconociese a Jesús de Nazaret.

El concepto Universal de Evangelización pertenece a ese segundo momento de conciencia de que el mensaje del Maestro es universal: Id y bautizad a todos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Siempre se nos ha dicho que mientras Pedro optó por una evangelización hacia el mundo judío, Pablo fue el apóstol de los gentiles.

Hay algo que no coincide en el rompecabezas. Si leemos las cartas de Pablo hay mucho personaje y concepto religioso judío, como para que un gentil comprendiese el mensaje. Si Pablo se expresaba para gentiles, por qué hablar de Abrahám, y de tantos conceptos judíos. Por qué remitirse a las Escrituras para presentar el mensaje de Cristo. El tono de Pablo, si realmente se dirigía a los gentiles, tenía que tener más el estilo de Marcos. ¿Podemos fundamentar toda esa presencia simplemente en las raíces judías de Pablo?

J. D. Crossan afirma que San Pablo no tenía como interlocutores sólo a los gentiles. No fue tan simple.

Existían en aquel mundo muchos paganos que eran considerados prosélitos del judaísmo, pero que no eran judíos de raíz ni origen. Eran judíos de segunda. Simpatizaban con el mundo judío, acudían a la sinagoga, les gustaban las costumbres y contenidos del judaísmo, pero el celo de los judíos por sentirse pueblo elegido los relegaba a un segundo plano.

No fueron pocos en un Imperio Romano politeísta, donde la opción monoteísta del pueblo de Israel, resultaba curiosa e interesante. Por otra parte los mandamientos del pueblo de Israel eran un manual de conducta atrayente para muchos.

Esos fueron los verdaderos evangelizados de Pablo. Esto justificaría la rápida expansión de su mensaje. Como dice Crossan, los railes del tren ya habían sido tendidos por los judíos previamente, sólo había que arrancar la locomotora sobre ellos.

Pablo encontraría un huerto muy, muy abonado para la expansión de su evangelio. Esto justifica también el hecho de que a Pablo lo odien los judíos, lo persigan, e incluso lo dejen casi muerto en la región de Iconio. Pablo era una competencia deshonesta. Se les estaba llevando la clientela.

Estos serían, por lo tanto, cruciales para comprender a Pablo. Los Hechos de los Apóstoles los denominan “temerosos de Dios” o “adoradores de Dios”. Eran paganos pero admiraban la cultura judía, asistiendo a la sinagoga los sábados. La preocupación de la mujer de Pilato, que los apócrifos denominaron como “Claudia Prócula”, no era por un cristiano, sino por un judío. Ella también pudo haber pertenecido a esa corriente de simpatizantes con los judíos.

Pablo sabía que los judíos convencidos no aceptarían al Mesías que se presentaba en la figura de Cristo, pero sí los paganos que andaban buscando a Dios y por lo tanto tenían necesidad de Dios.

Eran personas muy motivadas, que estaban buscando a Dios en sus vidas, estaban abiertos como ningún otro público a la evangelización. En Hechos y en las cartas se nos dice que a Pablo lo seguían muchos.

Hoy no evangelizamos porque no tenemos gente abierta a la evangelización. Están abiertos al dinero, y a muchas dimensiones que “molan” de la vida. Pero como que falta el humus de gentes “abiertas a la evangelización” en nuestro ámbito Europeo. Por eso hablamos de “Nueva Evangelización”. Puede que en Pablo tengamos muchas claves para saber cómo llevarla a cabo.
Xabier Martínez

lunes, 21 de enero de 2008

O pasado 13 de Novembro falecía Xavier Leon Dufour


Na seguinte dirección http://www.mercaba.org/FICHAS/Dufour/cartel_vocabulario.htm
tendes acceso ó seu interesante diccionario e pode servirvos para consultas e traballos.

Foi o autor do máis importante Diccionario de Teoloxía Bíblica. Tiña 95 anos. Naceu en 1912. Foi membro da Compañía de Xesús. Profesor de eséxese do Novo Testamento en Enghien, Bélxica (1948-1957), Fourvière-Lyon (1957-1974) e París (dende 1974).

Bibliografía:

«Vocabulario de teología bíblica»,1993 (16a. ed.)
«Los evangelios y la historia de Jesús», 1982 (3a. ed.)
«Estudios de evangelio», 1982 (2a. ed.)
«Diccionario del Nuevo Testamento», 1977
«Resurrección de Jesús y mensaje pascual», 1999 (6a. ed.)
«Los milagros de Jesús», 1979
«Jesús y Pablo ante la muerte», 1982
«La fracción del pan», 1983
«Lectura del evangelio de Juan» I, 2001 (4a. ed.); II, 2000 (3a. ed.); III, 2004 (3a. ed.); IV, 2001 (2a. ed.)

J. M. de Montremy realizoulle unha entrevista da que saiu a obra«Dios se deja buscar», 1998. Na que Xavier Leon Dufour contaba a súa propia vida, o seu pensamento e as súas inquedanzas teolóxicas.

O seu diccionario foi traducido a 22 idiomas.

lunes, 14 de enero de 2008

Xornada Mundial das Migracións - 20 de Xaneiro de 2008

Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI

Los jóvenes migrantes

Para la XCIII Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado

20 de enero de 2008


Queridos hermanos y hermanas:

El tema de la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado invita este año a reflexionar en particular sobre los jóvenes migrantes. En efecto, las crónicas diarias hablan con frecuencia de ellos. El amplio proceso de globalización del mundo lleva consigo una necesidad de movilidad que impulsa también a muchos jóvenes a emigrar y a vivir lejos de sus familias y de sus propios países. Como consecuencia de esto, la juventud dotada de los mejores recursos intelectuales abandona a menudo los países de origen, mientras en los países que reciben a los migrantes rigen normas que dificultan su efectiva integración. De hecho, el fenómeno de la emigración va aumentando siempre más y abarca un gran número de personas de todas las condiciones sociales. Por consiguiente, con razón, las instituciones públicas, las organizaciones humanitarias y también la Iglesia católica dedican muchos de sus recursos para atender a estas personas en dificultad.

Los jóvenes migrantes son particularmente sensibles a la problemática constituida por la denominada “dificultad de la doble pertenencia”: por un lado, sienten vivamente la necesidad de no perder la cultura de origen, mientras, por el otro, surge en ellos el comprensible deseo de insertarse orgánicamente en la sociedad que los acoge, sin que esto, no obstante, implique una completa asimilación y la consiguiente pérdida de las tradiciones ancestrales. Entre esa juventud están las jóvenes, más fácilmente víctimas de la explotación, de chantajes morales e incluso de toda clase de abusos. ¿Qué decir de los adolescentes, de los menores no acompañados, que constituyen una categoría en peligro entre los que solicitan asilo? Estos chicos y chicas terminan con frecuencia en la calle, abandonados a sí mismos y víctimas de explotadores sin escrúpulos que, más de una vez, los transforman en objeto de violencia física, moral y sexual.

Si observamos más de cerca el sector de los migrantes forzosos, de los refugiados, de los prófugos y de las víctimas del tráfico de seres humanos, encontramos, desafortunadamente, muchos niños y adolescentes. A este respecto, es imposible callar ante las imágenes desgarradoras de los grandes campos de prófugos y de refugiados, presentes en distintas partes del mundo. ¿Cómo no pensar que esos pequeños seres han llegado al mundo con las mismas, legítimas esperanzas de felicidad que los otros? Y, al mismo tiempo, ¿cómo no recordar que la infancia y la adolescencia son fases de fundamental importancia para el desarrollo del hombre y de la mujer, y requieren estabilidad, serenidad y seguridad? Estos niños y adolescentes han tenido como única experiencia de vida los “campos” de permanencia obligatoria, donde se hallan segregados, lejos de los centros habitados y sin la posibilidad de ir normalmente a la escuela. ¿Cómo pueden mirar con confianza hacia su propio futuro? Es cierto que se está haciendo mucho por ellos, pero es verdad también que es necesario dedicarse aún más a ayudarles, mediante la creación de estructuras idóneas de acogida y de formación.

Desde esta perspectiva, precisamente, se plantea la siguiente pregunta: ¿cómo responder a las expectativas de los jóvenes migrantes? ¿Qué hacer para satisfacerlas? Desde luego, hay que contar, en primer lugar, con el apoyo de la familia y de la escuela. Pero, ¡cuán complejas son las situaciones, y numerosas las dificultades que encuentran estos jóvenes en sus contextos familiares y escolares! En las familias se han olvidado los papeles tradicionales que existían en los países de origen y se asiste con frecuencia a un choque entre los padres, que han permanecido anclados a la propia cultura, y los hijos, aculturados con gran rapidez en los nuevos contextos sociales. No hay que descuidar, sin embargo, el esfuerzo que los jóvenes deben realizar para insertarse en los itinerarios educativos vigentes en los países que los acogen. El mismo sistema escolar, por tanto, debería tener en cuenta su situación y prever, para los jóvenes inmigrados, caminos específicos formativos de integración, apropiados a sus necesidades. Será muy importante, también, tratar de crear en las aulas un clima de respeto recíproco y diálogo entre todos los alumnos, sobre la base de los principios y valores universales que son comunes a todas la culturas. El empeño de todos ─ docentes, familias y estudiantes ─ contribuirá, ciertamente, a ayudar a los jóvenes migrantes a afrontar del mejor modo posible el desafío de la integración y les dará la posibilidad de adquirir todo aquello que puede ser provechoso para su formación humana, cultural y profesional. Esto vale aún más para los jóvenes refugiados, para los que habrá que preparar programas adecuados, tanto en el ámbito escolar como en el del trabajo, con el objeto de garantizarles una preparación, proporcionándoles las bases necesarias para una correcta integración en el nuevo mundo social, cultural y profesional.

La Iglesia considera con especial atención el mundo de los migrantes y pide a los que han recibido en sus países de origen una formación cristiana que hagan fructificar ese patrimonio de fe y de valores evangélicos para que se pueda dar un testimonio coherente en los distintos contextos existenciales. Por esto, precisamente, invito a las comunidades eclesiales de llegada a que acojan cordialmente a los jóvenes y a los pequeños con sus padres, tratando de comprender sus vicisitudes y de favorecer su integración.

Existe, además, entre los migrantes, como ya lo escribí en el Mensaje del año pasado, una categoría que se ha de tener especialmente en cuenta, a saber, la de los estudiantes de otros países que, por motivos de estudio se encuentran lejos de casa. Su número aumenta continuamente; son jóvenes que necesitan una pastoral específica porque no sólo son estudiantes, como todos, sino también migrantes temporales. A menudo se sienten solos, bajo la presión del estudio, y a veces oprimidos por las dificultades económicas. La Iglesia, con materna solicitud, los mira con afecto y procura realizar intervenciones específicas, pastorales y sociales, que tengan en cuenta los grandes recursos de su juventud. Es preciso, igualmente, ayudarles a abrirse al dinamismo de la dimensión intercultural, enriqueciéndose al estar en contacto con otros estudiantes de culturas y religiones distintas. Para los jóvenes cristianos, esta experiencia de estudio y de formación puede ser un campo útil para madurar su fe, estimulada a abrirse a ese universalismo que es elemento constitutivo de la Iglesia católica.

Queridos jóvenes migrantes: preparaos a construir, con vuestros coetáneos, una sociedad más justa y fraterna, cumpliendo escrupulosamente y con seriedad vuestros deberes con vuestras familias y con el Estado. Respetad las leyes y no os dejéis llevar nunca por el odio y la violencia. Procurad, más bien, ser protagonistas, desde ahora, de un mundo donde reinen la comprensión y la solidaridad, la justicia y la paz. En particular a vosotros, jóvenes creyentes, os pido que aprovechéis el tiempo de vuestros estudios para crecer en el conocimiento y en el amor a Cristo. Jesús quiere que seáis verdaderos amigos suyos y por esto es necesario que cultivéis constantemente una íntima relación con Él en la oración y en la dócil escucha de su Palabra. Él quiere que seáis sus testigos y por eso es preciso que os comprometáis a vivir con valor el Evangelio, traduciéndolo en gestos concretos de amor a Dios y de servicio generoso a los hermanos. La Iglesia también os necesita y cuenta con vuestra aportación. Podéis desarrollar una función providencial en el actual contexto de la evangelización. Originarios de culturas distintas, pero unidos todos por la pertenencia a la única Iglesia de Cristo, podéis mostrar que el Evangelio está vivo y es apropiado para cada situación; es un mensaje antiguo y siempre nuevo; Palabra de esperanza y de salvación para los hombres de todas las razas y culturas, de todas las edades y de todas las épocas.

A María, Madre de toda la humanidad, y a José, su castísimo esposo, ambos prófugos con Jesús en Egipto, les encomiendo cada uno de vosotros, vuestras familias, los que trabajan, de distintos modos, en vuestro amplio mundo de jóvenes migrantes, los voluntarios y los agentes de pastoral que os acompañan con su disponibilidad y su apoyo de amigos.

Que el Señor esté siempre cerca de vosotros y de vuestras familias, para que, juntos, podáis superar los obstáculos y las dificultades materiales y espirituales que encontráis en vuestro camino. Acompaño estos votos con una especial Bendición Apostólica para cada uno de vosotros y para las personas que os rodean.

Vaticano, 18 de octubre, 2007


BENEDICTUS PP. XVI



martes, 8 de enero de 2008

Morre Fray Xosé Gómez, o bispo emérito de Lugo


Aos 75 anos, tras unha longa enfermidade, faleceu quen fora bispo de Lugo durante 27 anos, Fray Xosé Gómez. Foi ás 3.15 da noite, de hoxe, 8 de Xaneiro, no Hospital lucense POLUSA. A Capela ardente xa está instalada no Pazo Episcopal. Será aberta ás catro da tarde e permanecerá aberta ata o próximo xoves.

Será sepultado, na Capela de San Froilán, na Catedral de Lugo, dedicada ó Patrón da Diócese e restaurada durante o seu episcopado, onde o finado pediu ser enterrado.

A Diocese de Lugo destacou hoxe ó que foi bispo de Lugo como un home "querido, respectado, valorado como pastor e pai". "Foi un exemplo para seguir e un testemuño vivo para imitar", subliñou.


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Comunicado con motivo del fallecimiento del Obispo de Lugo, Fray José Gómez

HA MUERTO UN PADRE, UN PASTOR Y UN HIJO ADOPTIVO Y QUERIDO DE LUGO

A las 3.15 horas, del día de hoy, 8 de enero, Fray José Gómez González, Obispo de Lugo durante 27 años, falleció en el Hospital lucense POLUSA, a los 75 años de edad a consecuencia de una parada cardio-respiratoria.

La Oficina de Prensa del Obispado, recogiendo el sentir de los fieles diocesanos expresa, por medio de esta nota, su dolor y su tristeza por tan sentida pérdida.

Fray José ha muerto con gran serenidad. En varias ocasiones pidió la Santa Unción de enfermos, se confesó y recibió, hasta poco antes de su muerte, la Sagrada Comunión. Sus últimos días en el Hospital, donde permaneció acompañado de su familia y de sacerdotes de la Diócesis, transcurrieron con mucha paz interior y con un silencio meditativo. No sólo sufrió la agonía física del cuerpo sino también, como Cristo en Getsemaní, la agonía de la inteligencia. Consciente de todo lo que ocurría a su alrededor, sobrellevó, con sabiduría franciscana, todo el largo proceso de su enfermedad desde Julio del año 2006. Descanse en paz.

En declaraciones recientes a distintos medios, Fray José confesaba que quería ser recordado como un fiel servidor de todos y como alguien que siempre ha sabido estar cerca de aquellos que le necesitaban.

Querido, respetado, valorado como Pastor y Padre, ha sido un ejemplo para seguir y un testimonio vivo para imitar.

ACTOS PREVISTOS
Día 8. Apertura de Capilla ardiente en el Obispado, de 16 a 22.h.
19h. Oficio de Difuntos en la Catedral
Día 9. de 10 a 22h. estará abierta capilla ardiente.
19.h Vigilia de oración en la Catedral
Día 10. Capilla ardiente abierta de 9 a 11h.
11.30 conducción hasta la Catedral.
12.h. Funeral de exequias. Preside Emmo. Sr. Cardenal
Arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo

¡Paz y Bien!

Secretariado Diocesano de MCS de la Diócesis

( http://diocesisdelugo.org/pruebas/ )

lunes, 7 de enero de 2008

De visita o Belén de Betanzos






Belén "ATRIUM" San Sadurniño



Na cafetería "Atrium" de San Sadurniño tamén se animaron co Belén, e fixeron este tan curioso dun Neno que nace no burato dunha árbore. Da árbore tamén xurdía un regato de auga.

Belén Parroquial de Pedroso







domingo, 6 de enero de 2008

PREGÓN DO NADAL DO 2005

En Decembro do ano 2005 encargáronme realizar o Pregón do Nadal en Viveiro. Ademais de facer mención ás miñas humildes lembranzas de esas datas cando era neno, quixen achegar ós presentes ós relatos apócrifos da infancia de Xesús. Agardo que vos poda servir de axuda para comprender mellor as figuras apócrifas do nadal e a tradición dos Reis Magos de Oriente.

Xabier Martínez


Pregón Nadal 2005
“O Nadal nos evanxeos apócrifos
e o Evanxeo Apócrifo do Padre Xabier”


En primeiro lugar, agradecer a Román a súa presentación, que hoxe dista algo das verbas que nos anos tolos da adolescencia tantas veces me dixo, e agradecer ó Consorcio de Viveiro a súa invitación para presentar este Pregón. Dende logo que nunca tivo un pregoeiro tan novo este Nadal de Viveiro. Antes de ter entrado no Seminario, lembro terlle dito ó Rector que un crego tiña que ter experiencia da vida, que cómo se ía a poñer a predicar a quenes o superan en coñecementos experienciais. Quero lembrar hoxe especialmente a quenes sí nos falaron dende a experiencia en anteriores pregóns: A Mari Carmen Gómez (Chipe) que naquela ocasión no Mosteiro das Concepcionistas nos falaba de dona Herminia e o seu coro, e de todas aquelas xentes que fixeron que o Nadal fose significativo naqueles anos da nenez na posguerra. A Vicente Casas, que pedagóxicamente nos abreu á tradición dos beléns dende San Francisco de Asís. Ó meu compañeiro de traballos no Equipo Pastoral de As Pontes, Antonio Rodríguez Basanta, que construíu un Cantiño de Santiago para a lembranza dende este Pregón. Ó meu mestre de ximnasia e de galego no Colexio Pastor Díaz de Viveiro, Carlos Nuevo Cal, hoxe Cronista da Vila, e que soubo incluso facer saborear o Nadal de Viveiro citando vellas recetas e enxundiosas reposterías, a Javier Illán, Moncho Pernas, Xoán Neira, e espero non esquecer a moitos outros, especialmente a quenes en etapas anteriores levaron a cabo este cometido. E como non, a Román Escourido Basanta, crego que non precisa de dar pregóns para amosar a súa solidaridade e compaña con este pobo.

Quixen titular este Pregón “O Nadal nos evanxeos apócrifos e o Evanxeo Apócrifo do Padre Xabier” porque do que vou falar nun primeiro momento é de cómo o Nadal e as personaxes que compoñen o Nacemento compréndense mellor se nos achegamos á tradición dos evanxeos apócrifos de onde xurdiron moitos deles.
Denominamos evanxeo apócrifo a aqueles escritos que non pasaron a formar parte do Novo Testamento. A historia de Xesús comezouse a escribir pola súa morte e resurrección. Esa era a parte máis importante que había que contar nun principio (a morte e a resurrección). Quero con isto dicir, que os relatos da infancia de Xesús son do último que se redactou no Novo Testamento, en concreto nos evanxeos de Mateo e Lucas, pois Marcos e Xoán non contan nada da infancia de Xesús.
Ás primeiras comunidades convenceulles especialmente os contidos que nestes dous evanxeos temos, co que marxinaron outros relatos que non plasmaban coa misma fidelidade a súa experiencia. Algúns deles incluso escritos moitos séculos despois (VI-VII-VIII...). Un Evanxeo apócrifo non é un evanxeo oculto ou escondido –como realmente significa esta palabra-, senón que son relatos que ninguén esconde e que se poden atopar con moita maestría recollidos na edición dos evanxeos apócrifos de Aurelio de Santos Otero[1]. Simplemente, as primeiras comunidades cristiáns optaron por outros relatos que recollían mellor o seu sentir.

E nun segundo momento quero falar do Evanxeo Apócrifo do ”Padre Xabier”, porque este pequeno crego quere contar tamén algunhas memorias da súa curta experiencia acerca do nacemento de Xesús. Será o meu apócrifo. E se chega a ser Boa Nova para vós, quizais ata “Evanxeo” apócrifo.
Teñamos en conta que un Evanxeo é unha Boa Nova; o Nadal é unha Boa Nova. Hai poucos días chegaba ó meu móbil unha mensaxe, que se fose verdade non sería boa mensaxe. Dicía: “mensaxe urxente: ante o perigo da gripe aviar, este ano suspéndese a Misa do Galo. Asinado: Benedicto XVI”. Ainda que sexa irónicamente divertido, esta non podería ser unha Boa Nova.

“COUSAS” DO NADAL
DESTACADAS NOS EVANXEOS APÓCRIFOS

A Mula

A primeira personaxe da que paso a falar é a burriña. A mula que sempre aparece nos relatos navideños e á que a tradición quixo poñer en relación con aquela outra que xurde cando Xesús entra en Xerusalén para morrer por nós. Do Antigo Testamento quedaba o bo recordo dunha burra que con fidelidade levou a Balaam –profeta astrólogo que falou da estrela de Belén-, ante Iavé. (Cf. Números 22, 22) Non só foi ese o milagre, senón que a burra falou con Balaam coma se fose a “mula Francis” (esa que sempre proxectaban na tele no Nadal, xunto con Mujercitas, El Pequeño Lord, Caravana de Mujeres, Toby...). A burra de Balaam representa a obediencia a Deus. No Novo Testamento Xesús é o profeta que entra sobre ela con docilidade na Cidade Santa para acatar o mandato de Deus de entregarse por todos nós. É esa mesma que está no Portal e que levou a María de pousada en pousada por Belén. Na Igrexa de Santa María témola esculpida nun capitel do presbiterio, e ela abre sempre a nosa Semana Santa. Como vemos, no Belén xa está anunciada a Paixón. Ata agora non caiamos na conta, pero nos relatos da infancia de Xesús ubícase o sumario ou índice de toda a súa historia.
Pero, non hai ningunha mula que leve a María ata Belén nos Evanxeos do Novo Testamento, nin tampouco na fuxida a Exipto. O da mula non é mais ca unha tradición que bebe dos apócrifos. A Biblia, descoñecida e mesmo prohibida durante moito tempo, deuse a coñecer ó través da imaxinería, da pintura, incluso dos autosacramentais, que na maior parte dos casos tomaban coma fonte relatos apócrifos.
Existe un apócrifo que chamamos Pseudo Mateo que di que María “reclinou ó Neno nun pesebre, e o boi e mailo asno o adoraron. Entón cumpriuse o que fora anunciado polo profeta Isaías: “O boi coñeceu ó seu amo, e o asno o pesebre do seu Señor. E ata os mesmos animais entre os que se atopaba o adoraban sen cesar”.
Existe tamén un “evanxeo árabe da infancia de Xesús” que nos conta cómo María retorna a persoa a un home que se tiña convertido en burro. Cantas veces necesitaría o noso mundo de milagres tales, que fixesen do burros homes e dos homes verdadeiros seres humanos.


A cova de Belén

Na Biblia (Cf. Mateo e Lucas) dícese que víu a luz nun pesebre e entre pastores, porque non había sitio na pousada, pero nunca se nos fala dunha cova. É nos apócrifos, coma o denominado Protoevanxeo de Santiago (18,1) onde se falará dunha cova, como manda a tradición. Tamén da Cova falou no ano 248 Oríxenes de Alexandría. Se algunha vez temos a oportunidade de ir a Terra Santa, e en concreto a Belén, atoparemos unha fermosa basílica edificada por Constantino, a petición da súa nai Santa Elena e consagrada o 31 de Maio do ano 339, ainda que a que se conserva é de Xustiniano con reconstruccións dos templarios. Nela baixaremos a esa cova de 12,30 mts de longo por 3,50 mts de ancho na que veremos un altar e debaixo deste unha estrela de prata que sinalaría o lugar do Nacemento segundo a tradición. Pero o máis fermoso desta grande basílica é que para entrar só hai unha porta pequerrecha. Por iso foi empregada moitas veces coma lugar defensivo. Para pasar por esa porta e acceder ó templo hai que agacharse. Conta a tradición que sobre o dintel da porta houbo un cartel algún día que puxo: “Para entrar aquí hai que facerse coma Deus”. Para entrar na Cova de Belén hai que facerse humilde, nacer pequeno e de novo coma Nicodemo, pequeno e pobre coma o Señor, sinxelo e tenramente pequerrecho.
Di un apócrifo, o Libro da infancia do Salvador (nº 69) que durante o tempo en que estiveron na cova Xesús, María e Xosé, resplandeceu unha forte luz que a iluminaba, tanto de día coma de noite, polo que non era un lugar escuro. E di que especialmente no momento do nacemento aquela luz se multiplicou e escureceu co seu resplandor o fulgor do sol, sendo inundada a cova pola claridade e cun suave arrecendo, máis penetrante ca o perfume de tódolos ungüentos da terra. Di incluso que esa luz foi tomando, pouco a pouco, a forma dun Neno (nº 74).
Un evanxeo armenio da infancia (IX) di que esa luz centelleante veu a pousar ante o pesebre mentres ca nai da humanidade, Eva, viu a visitalo subida nunha nube. Di o Pseudo Mateo (nº 2) que a Cova nunca estivera iluminada, que a primeira vez que a luz entrou alí foi con Xesús. Con isto estaba a significarse que no mundo nunca entrara a luz, que con Xesús viña a luz. A cova, neste caso representaba ó noso mundo que vivía nas tebras e que se transformaba coa chegada de Xesús, o fillo daquel carpinteiro, coma Paco de Furadiña e coma tantos outros carpinteiros que tén e tivo Viveiro.

Comadronas

Tamén nos apócrifos aparecen mulleres que axudaron coma comadronas a nacer a Xesús. Eso é ben fermoso, porque quere dicir que tamén aquelas mulleres coma Lola da Chitona de Celeiro e moitas outras que axudaron a nacer a tantos nenos, tamén estiveron na memoria popular onda Deus. Segundo o apócrifo do Pseudo Mateo (nº 4) Xosé chegou con dúas comadronas chamadas Zelomí (abraiada polo alumbramento) e Salomé (que lle custou algo crer, pero que logo se convenceu), pero non fixeron falta, porque María xa dera a luz e Xosé, preocupado por buscar o mellor para María, perdérase o Nacemento de Deus mesmo. Nestes relatos das comadronas soe aparecer o ancián Simeón buscando unha parteira ou falando con ela sobre o espectacular do acontecido (cf. Apócrifo do libro da infancia do Salvador nº 70).

A Palmeira

Moitas veces aparece na iconografía popular María levando nos seus brazos a Xesús, de acabalo dunha mula que é conducida por Xosé, pero engádese unha palmeira. Ás veces esta palmeira está inclinada sobre a Sagrada Familia, como se quixese acollela e facer de pousada.
Conta o Apócrifo do Pseudo Mateo (XX) que María se sintíu fatigada na fuxida polo deserto e vendo unha palmeira díxolle a Xosé: “Quixera descansar un pouco á sombra dela”. María sentou, mirou cara á copa da palmeira e viuna chea de froitos e pidiulle a Xosé que lle baixara algún. Pero Xosé viu que os froitos estaban demasiado altos, e a el o que lle preocupaba era conseguir auga para a supervivencia. Relátasenos, coma o Neno Xesús, que repousaba no colo de María, lle dixo á palmeira: “Agáchate e dalle dos teus froitos á miña Nai”. Así o fixo a palmeira, e a Sagrada Familia xantou abondosamente. Logo, ordenoulle alzarse de novo e prometeulle á palmeira que sería compañeira das árbores que poboaban ó xardín do seu Pai.
Como podemos comprobar, seguimos vendo que nos relatos apócrifos da infancia segue aparecendo de xeito latente a historia da paixón. Xesús dille iso á Palmeira na súa infancia, do mesmo xeito que lle dirá a Dimas, o bo ladrón, aquelo de “Hoxe estarás conmigo no Paraiso” (Lc 23, 43).
Pero non remata aquí o relato, o Neno Xesús ordena que as raíces da palmeira reventen de auga, e fagan brotar un manantío, que deu de beber a moitos da comitiva que acompañaba a Sagrada Familia. Seguimos, pois, vendo que neste fermoso relato apócrifo da infancia están facéndose presentes outros moitos feitos acaecidos na historia de Xesús: a multiplicación dos pans e dos peixes, as vodas de Caná, a Eucaristía compartida por todos na Última Cea.
Detrás dun símbolo tan sinxelo coma unha palmeira, podemos observar que a imaxinería popular plasmaba toda a fonda mensaxe da salvación, que mesmo comparaba a palmeira coa árbore da cruz.
Agardo que dende agora, cando vexamos unha palmeira no Belén, remitiranos a tantas cousas que formaron parte da vida de Xesús.

Os Reis Magos

Quen nos fala na Biblia deles é o Evanxelista Mateo, que coma bo xudío, pensaba que a salvación era para o pobo elixido por Deus, e que logo estarían as outras nacións da Terra. Pero a comunidade de Mateo, foi descubrindo que a mensaxe de Xesús era Universal, que tiña que chegar a todas partes porque era de valía para todos. Que Deus era un patrimonio para dar a coñecer a tódolos pobos. Como diría Xosé Manuel Carballo, un cura que exerce de mago en Castro de Rei: “se Deus non existise pagaba a pena inventalo”. Se os reis non fosen tales reis, pagaba a pena que así o fosen, porque os nenos ben os merecen.
A Comunidade de Mateo comprendeu a mensaxe da salvación como universal, e foi entón cando entraron no Evanxeo Os Reis Magos, que non son outra cousa mais que a demostración de que outros pobos, que chegaban dende lugares lonxanos, tamén podían adorar ó Deus de Israel en Xesucristo. Pero Mateo só nos falou duns magos, non dixo número, iso sí, que levaron Ouro, Incienso e Mirra. O tempo e os apócrifos, fixeron todo o demais, dándolles un nome e facéndolles contrato de por vida para traballar horas extras só unha noite ó ano e vivir 364 días de vacacións. Todo un choio, haber se toman nota os sindicatos.
Os primeiros nomes dos Reis aparecen en escritos de San León Magno (anos 440-461) que os nomeaba como Melkon (co tempo sería Melchor), rei dos persas; Gaspar, rei dos indios, e Baltasar, rei dos árabes (quizais por iso de ser árabe tocoulle ser negro e tiznar ós nenos na cara cando os bicaba). Unha versión apócrifa etiópica do Protoevanxeo cita tamén tres reis, pero chámalles Tanisuram, Malik e Sisseba. Mellor que non lle pidamos ós nenos que aprendan estos nomes. Pero a Tradición Oriental chegou a falar de doce magos, e os armenios chegaron a falar de quince. Incluso nas catacumbas cristiás o número non estaba claro, ás veces representábanse dous, outras tres, e mesmo catro. Gracias a Deus os nosos nenos son máis intelixentes hoxe e saben perfectamente que son tres.
Contan os apócrifos que ó Neno lle levaron Ouro, Incienso e Mirra (ouro coma rei, incienso coma Deus, e mirra para unxilo seu corpo á súa morte) pero, xa naquel tempo debían de existir os protocolos reais e houbo intercambio de regalos. Segundo unhas versións (evanxeo arabe da infancia, VII) María regaloulle ós Reis uns pañais, e a tradición conta que foron gardados como reliquia en Constantinopla ata que se trasladaron a Francia, onde se destruiron na Revolución Francesa. Pero a versión etiópica deste evanxeo di que o verdadeiro regalo foi un pan que o Neno lle deu ós Reis. Seguimos polo tanto atopando reminiscencias da Eucaristía, e do que significaría a vida daquel Neno. Conta a lenda que os Reis esconderon o pan soterrándoo en terra. Herodes pidiu que llo trouxeran, e ó ir a buscalo xurdíu unha labarada de lume da terra que se elevaba cara a Deus. Dise dende entón que os Reis louvan aquel lume santo que representa ó Mesías que tamén uníu a terra co Ceo.

O APÓCRIFO DO PADRE XABIER

Contos fermosos para o Nadal que nos amosan que os relatos apócrifos poden lerse sen que sexan escándalo, e que resultan contos engaiolantes e suxerentes para a nosa fe. Pero, como prometín ó principio, queda pendente agora, contar outro apócrifo máis especial, o do Padre Xabier, que segue gardando a inocencia dos Reis Magos e que segue sen comprender por qué Melchor sabía aquel ano, lendo na carta na Fonte Nova que o meu Pai lle pedira ós Reis unhas “Rodilleras” para xogar ó futbol. Coma tódolos nenos durmín pouco e mal en moitas noites de Nadal, sacando tódo o calzado habido e por haber na casa coa finalidade de que os caramelos foran moitos. Lembro as molleiras na Praza Maior, porque cos Reis sempre chegaban as choivas. Unha praza ateigada de paraugas albiscaba ós Reis baixo o balcón de Paleo, na casa de Xoaquín da Praza, porque o Concello estaba en obras. Co caer dos caramelos os paraugas virábanse coma se fosen cestos de apañar castañas, e os empurróns rompían algún que outro que remataría arranxándo as varas na zapatería dos Peperrandas.
Coa fin de semana tocaba ir ver Beléns polas igrexas: O da Terceira Orden que segue a facer Manolito “O Fidalgo”, Santa María, Concepcionistas e especialmente no Asilo, cando todavía don Amado non tiña feito a inxeniosa obra de porespán, e só había figuras con grandes nubes no ceo construidas por sabas brancas. (¡Ui! Hai nubes no Belén, ¡Este ano toca paraugas!).
No Nadal regresaba Elena e José Miguel Prados da familia de don Antonio Prados Ledesma e xa pasabamos xuntos todo o Nadal discutindo e xogando.
Lembro aqueles recreos en infantil, na escola situada na Biblioteca da Praza Maior, con Lolita Cociña, nos que me tomaba as magdalenas feitas por Lolita de Rosalía. Lembro aquel Viveiro das mañás con olor á panadería Gabeiras e á señora Rosario que sempre nos agasallaba cos palistroques.
Xa no Colexio Pastor Díaz faciamos festival de Nadal, poñiamos algún Belén e Dona María Teresa Goás, directora daquela, nos contaba cómo acontecera aquel Nacemento entre outros relatos de historia sagrada coma xa non se contan hoxe nas escolas.
Ós 10 anos marchei para Covas, onde co tempo, e como diría Paco Martínez Soria, “se armó el belén”. En Covas coñecín a un entrañable amigo dos nenos e dos xoves: don Antonino Roca y Roca, sacerdote que durante máis de 50 anos compartíu vida cos parroquianos de Covas.

Don Antonino Roca y Roca

Don Antonino nacera o 17-V-1911 en Sta. Marina de Lagostelle, parroquia que tén no seu presbiterio o lugar onde mana unha boa fonte. Quizais foi de aí de onde lle xurdeu a don Antonino a vocación de crear boas fontes “asentadas” sobre a pedra.
O 28 de Xuño de 1936 o bispo D. Benjamín de Arriba y Castro confírelle o orde do presbiterado a tres diáconos de S. Nicolás de Neda e a Antonino. En setembro do mesmo ano publícarase no Boletín do obispado de Mondoñedo o seu nomeamento como cura ecónomo de Santa María de Suegos e Mosende. Tra-la guerra farase cargo de Covas, seguindo así a cadea de quenes así o fixeran anteriormente: D. Leoncio López de las Casas e D. Ceferino Lodos Bermúdez.
Atopouse así cuns tempos de miseria, coma ben dixo el nun poema, porque Antonino, foi un bo poeta, compañeiro de Díaz Castro:

...“Nin hai ganancias do mar,
nin abundancias na terra,
trouxeron miserias sin par
as consecuencias da guerra”.

Plasmou nas obras de teatro e nos poemas que os nenos botaban no nadal da parroquia a amarga realidade da posguerra:

... “E aló na miña casa
inda máis pequenos hai
que piden pan sin tasa
á probe da miña nai”.

Desde o seu afán dinámico soubo sempre resposta-las demandas pastorais do seu tempo, e así impulsou os movementos parroquiais dun xeito especial por medio das representacións, dos beléns vivintes e dos certames. Axudado polas queridas xentes da parroquia, fíxose un co vivir cotiá de Covas, coma ben o manifestan pequenas obras de teatro popular coma: “o tío Xerónimo”, “A cega”, “As catro vellas”, “As cinco pastoras”, “mazás verdes”... :

1.- ¿E logo tío Silverio, parece que vai moi cargado?
2.- ¿Donde vai meu cuñado? Queda na casa, non quixo vir.
1.- Digo que si vai moi cargado.
2.- Non, non lle mandei recado...
1.- Non lle chamo sin conciencia nin tampouco malvado...
2.- ¿Na horta de Pillado? Non home non, que son das miñas, dunha maceira que teño...

Foi coma un neno que nunca perdeu a ilusión pola súa xente, testemuño de esperanza, de fe constante e de perseverancia; para el todo se acadaba con estas virtudes vividas con amor. E porque realmente o vivía e se desvivía, así o transmiteu con sinxeleza e bo humor ata os seus derradeiros momentos.

Cacharela

No ano 1987 naceu Cacharela. Todavía non estaba legalizada, pero foi un grupo xuvenil que durante moitos anos levou a cabo o Belén vivinte de Covas. Apoiados por Rosa Rossi e Benigno Franco, máis de 70 rapaces vivimos durante uns anos un fenómeno moi curioso, constructivo e de fonda experiencia.
Aquel primeiro ano na cafetería da discoteca do Cariñés houbo un Belén que nos foi ilusionando e que ano tras ano foi medrando en pezas, extensión, xente... e incluso animais. Os tres seguintes anos realizouse na Igrexa Parroquial de Covas, na que acampabamos o Belén ocupando boa parte dela e creando ilusión nos máis pequenos ós que ensaiábamos durante máis de tres meses con todos aqueles poemas que recitaban no Belén e no día de Reis. Logo pasou a facerse no exterior no patio da escola vella de Covas.
Foi un traballo moi desinteresado, feito con ilusión, no que moitos xoves demostraron que a xuventude era algo máis. Eramos xoves atípicos, dende logo que foi unha xuventude moi distinta ó que hoxe está acostumada a vivir calquera xove. Con catorce e quince anos, Nati, Ana, María José, Dulce María, Jesús, Pablo, Eusebio, Fran, Nemesio, Antonio, Luis... e tantos outros rapaces, nos adicabamos a aquel Belén, ás obras de teatro, ós festivais, á creación dunha biblioteca rural, ... e incluso o ano 91 a organiza-las festas patronais e a publicación dunha revista da Asociación. Co tempo fomos intercambiando actividades coa asociación de San Cibrao de Vieiro e de Santiago de Bravos. Logo con moitas outras, pero sempre querendo preservar un xeito apolítico dado que tiñamos rapaces e mesmo nenos na asociación. Cacharela creou unha familia de amigos, que ainda cando o tempo vai pasando, seguimos tendo a capacidade de falarnos dende a nostalxia de todo aquelo, porque o vivimos con tanto agarimo que marcou fondamente as nosas vidas.
Por iso, hoxe, como sacerdote, sei que en medio de todo aquelo que nos ilusionaba, que compartiamos, que faciamos polos máis pequenos e porque Covas tivese algo, estaba Deus mesmo acampando para chegar como boa nova ás xentes. Calquera dos nenos que actuaron naqueles beléns, o lembrará para a vida, e nunca esquecerá aqueles versiños, algúns de Antonino, algúns meus, que tamén era medio poeta na xuventude, como lembrarán as miñas amistades.
O feito é que son tradicións que nunca se deberan perder, que nos fan comprender mellor o Nadal, e que nos fan formar familia, para vivir desinteresadamente a ledicia do comunitario, do grupal, nun mundo cada día máis individual e individualista, onde as xentes xa non somos capaces nin de levarnos con nós mesmos. Por iso cando vexo actuar o grupo de Gaitas de Cacharela, que naceu de todo aquelo, e ó mirar para o emblema, que vai para case 20 anos que debuxei, vénme á mente a idea de que hai esperanza nos xoves, se retoman as tradicións e as viven, porque tras delas hai unha fonda mensaxe e uns fondos valores. Nós retomamos aqueles nacementos representados, e aqueles versos que xa sonaban ós tempos dos movementos da Acción Católica, pero con todo aquelo fixemos algo moi grande e que permanecerá para sempre nas nosas lembranzas. Ás veces as persoas pequenas e débiles, somos capaces de facer imposibles, como foi todo aquel movemento que desbordaba a aqueles rapaces. Así é como comprendín que a vida e o belén son tamén o imposible feito polos máis pequenos. O Nadal, non é consumo, coma ben dixo o noso Bispo no pregón de Begonte a pasada semana; o Nadal é confiar que do pequeno e do finito, nace Deus, cando acampan no corazón valores grandes. O Nadal é saber descobrir que a capacidade de amar fainos superar os imposibles e transcender toda limitación humana.

De novo en Viveiro

Despois de Cacharela, mudei coa miña familia de novo para Viveiro, onde lembro pasar bos momentos cantando panxoliñas con Totis, sempre sorrinte e cheo de humor, no Coro de Santa María. Lembro ter ido con Román naquel Nadal do 92 no que xa estaba no Seminario a visitar a don Antonio García Mato á Residencia de Lugo, e lembro coma todos estabamos compinchados coas irmáns Girón para dicirlle cando preguntara que o Belén xa estaba montado e que quedara estupendamente. Nos seus últimos momentos a gran preocupación de don Antonio García Mato era ese Belén que podemos seguir contemplando, i eu sei que tamén tiña a ledicia dun futuro crego, chamado Xabier, que saía da parroquia.
O tempo foi pasando, e os curas somos coma emigrantes eternos que andamos de acó para aló, pero que sempre anhelamos ese ventiño mareiro que a Viveiriño nos leve. O pasado ano un pequeno comentario meu fixo aparecer nos fogares de Viveiro unha luz que proviña dende Belén. O meu desexo hoxe sería o de que aquela luz de Belén que vivimos o pasado ano siga iluminando os nosos fogares, facendo presente que Deus acampa neles. Son ás veces covas escuras coma as de Belén, que precisan dun Deus que as ilumine e as acompañe para seguir adiante. Que ilumine na nosas covas os rincóns escuros dos que xa non están con nós, pero que están con Deus, que ilumine os malos momentos do ano que remata. Que a luz do Señor ilumine nas nosas covas tódalas esperanzas que falen de ben e de paz.

Despídome cun poema de don Antonino Roca sobre o Nadal, que moitas veces quixemos ler naquelas representacións. E tamén con este rompecabezas que forma unha estrela de Belén e que o meu avó, o Selleiro, de Celeiro fixo á navalla xa fai moitos, moitos anos. Coa estrela quero lembrar especialmente ós mariñeiros, e ás súas familias neste Nadal, acordándome da desgracia que este ano se vivíu no mundo do mar en Burela, nun barco que ata hai pouco estivo atracado no porto de Celeiro. Non podo esquecer neste momento ós seus familiares presentes no funeral ó que asistimos varios cregos da zona, cando todavía non se rematara de rastrexalo barco. Que o ano que comeza teña para eles estrelas de Belén que os leve ata mares onde haia boa pesca.


O berce do nacemento
é coma o niño dun paxaro
o paxariño está dentro
e ven a xente a bicalo.

Paxariño voador
que vés voando do ceo
¿cómo te atreviche a voar
tan pequeniño e tan tenro?

Paxariño voador
¡Que brancas tes as tuas ialas!
Para que conserven a candor
Voa paxariño e non caias.

Paxariño voador
Paxariño de alas brancas e biquiño sonrrosado
¡Cómo te vés apousar
Ás pallas de tan probe establo!

Xente toda, os que aquí estades,
Estar quedos, ¡chis! ¡Non falar!,
Co máis pequeno ruido
Pode o meu paxariño voar.

Paxariño voador
¡quen te poidera coller!
habiache de facer unha xaula
e poñerte na ventá
habíache de dar de comer
e rezarche pola mañá.


Moitas Gracias. Bo Nadal!!!



[1] Aurelio de Santos Otero, Los Evangelios Apócrifos, BAC (Madrid 1999).

sábado, 5 de enero de 2008

Festas en San Xiao de Lamas

o



A pesares da choiva e do mal tempo, os veciños de Lamas celebraron hoxe a festa do seu patrón San Xiao.

A EpifanÞia do Señor

Evanxeo Da Epifanía (AGV)






EL SOL Y LAS ESTRELLAS



Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.
No busquéis la estrella ahora;

que su luz ha oscurecido

Este Sol recién nacido

En esta Virgen Aurora”


Estos versos de Lope de Vega (1562-1635) que recoge la Liturgia de las Horas nos introducen en el espíritu de la fiesta de la Epifanía del Señor. Los Magos llegados del Oriente representan la multitud de los pueblos que, no habiendo conocido la Ley de Moisés, llegan de alguna manera a descubrir al definitivo Profeta que ella anunciaba.

Aunque estuvieran marginados en su propio pueblo de Israel, a los pastores se les anuncia el nacimiento del Mesías por medio de un ángel. Dios se escoge como primeros mensajeros a los que no serían aceptados como testigos en los tribunales humanos.

Aunque gozaran de enorme prestigio en las sociedades orientales, los magos y astrólogos, que escudriñan las señales de los astros, han de solicitar la luz de la profecía. Sólo así lograrán no perderse en el camino que lleva a la fe y la adoración.

LA INTENCIÓN

En el relato evangélico que hoy se proclama (Mt 2,1-12) ocupa la figura de Herodes un papel inolvidable. El texto juega con la ironía. El rey transmite un mensaje, que a primera vista es más que aceptable. Pero el lector percibe la intención de aquel tirano.

- Las palabras son tan atinadas que podrían convertirse en un lema para la moderna evangelización: “Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a adorarlo”. La fe llega por la escucha de un anuncio. Y la persona ha de estar dispuesta a oír a los que han gozado de la experiencia de los sagrado. Si la palabra fuera sincera, Herodes serían un santo.

- Pero la voluntad de las personas no se percibe fácilmente por las apariencias. Hará falta que un “oráculo” del cielo advierta a los Magos de las intenciones perversas de Herodes para que decidan cambiar el itinerario de regreso a su país de origen. Los cristianos de todos los tiempos habrán de prestar una cuidadosa atención a los mensajes para no dejarse engañar. Nada ni nadie debería poder desviarlos del camino de la Luz.

LA ADORACIÓN

A pesar de todo, los Magos logran culminar su viaje: “Entraron en la casa, vieron al Niño con su Madre, y cayendo de rodillas lo adoraron”. Una vez más, el ritmo ternario de las acciones parece señalar un itinerario para los creyentes.

- “Entraron en la casa”. En un hermoso sermón, dice San Bernardo que la casa en la que hemos de entrar para encontrar al Señor es nuestra propia conciencia. Hemos de construirla, adornarla y guardarla para que pueda convertirse en el espacio del encuentro.

- “Vieron al Niño con su Madre”. Se ha dicho que el Antiguo Testamento repite la invitación a “escuchar” la voz de Dios, mientras que en el Nuevo se habla de los que lograron “ver” al Señor. Nuestra fe no es una pura teoría: nace del testimonio de los que vieron al Señor. Verlo con su Madre es aceptar su humanidad.

- “Lo adoraron”. Los ídolos tenían boca pero no hablaban. Tenían ojos pero no veían. Y, sobre todo, no tenían corazón. Por eso no merecían adoración. En el mundo de hoy se nos imponen nuevos ídolos, seductores pero engañosos. La adoración revela el sentido de la vida. Cada uno se identifica con aquello que adora. Pero sólo el Señor merece adoració- Señor Jesús, adorado por los Magos, tú eres el sol ante el que palidecen las estrellas. Te agradecemos el don de la fe y proclamamos que sólo tú mereces el servicio de nuestra adoración. Amén.


José-Román Flecha Andrés ( publicado en revista ecclessia )


martes, 1 de enero de 2008

XORNADA MUNDIAL DA PAZ


MENSAJE DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI PARA LA CELEBRACIÓN DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 ENERO 2008


FAMILIA HUMANA, COMUNIDAD DE PAZ

1. Al comenzar el nuevo año deseo hacer llegar a los hombres y mujeres de todo el mundo mis fervientes deseos de paz, junto con un caluroso mensaje de esperanza. Lo hago proponiendo a la reflexión común el tema que he enunciado al principio de este mensaje, y que considero muy importante: Familia humana, comunidad de paz. De hecho, la primera forma de comunión entre las personas es la que el amor suscita entre un hombre y una mujer decididos a unirse establemente para construir juntos una nueva familia. Pero también los pueblos de la tierra están llamados a establecer entre sí relaciones de solidaridad y colaboración, como corresponde a los miembros de la única familia humana: « Todos los pueblos —dice el Concilio Vaticano II— forman una única comunidad y tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el género humano sobre la entera faz de la tierra (cf. Hch 17,26); también tienen un único fin último, Dios »[1].


Familia, sociedad y paz

2. La familia natural, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer[2], es el « lugar primario de ‘‘humanización'' de la persona y de la sociedad »[3], la « cuna de la vida y del amor »[4]. Con razón, pues, se ha calificado a la familia como la primera sociedad natural, « una institución divina, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organización social »[5].
3. En efecto, en una vida familiar « sana » se experimentan algunos elementos esenciales de la paz: la justicia y el amor entre hermanos y hermanas, la función de la autoridad manifestada por los padres, el servicio afectuoso a los miembros más débiles, porque son pequeños, ancianos o están enfermos, la ayuda mutua en las necesidades de la vida, la disponibilidad para acoger al otro y, si fuera necesario, para perdonarlo. Por eso, la familia es la primera e insustituible educadora de la paz. No ha de sorprender, pues, que se considere particularmente intolerable la violencia cometida dentro de la familia. Por tanto, cuando se afirma que la familia es « la célula primera y vital de la sociedad »[6], se dice algo esencial. La familia es también fundamento de la sociedad porque permite tener experiencias determinantes de paz. Por consiguiente, la comunidad humana no puede prescindir del servicio que presta la familia. El ser humano en formación, ¿dónde podría aprender a gustar mejor el « sabor » genuino de la paz sino en el « nido » que le prepara la naturaleza? El lenguaje familiar es un lenguaje de paz; a él es necesario recurrir siempre para no perder el uso del vocabulario de la paz. En la inflación de lenguajes, la sociedad no puede perder la referencia a esa « gramática » que todo niño aprende de los gestos y miradas de mamá y papá, antes incluso que de sus palabras.
4. La familia, al tener el deber de educar a sus miembros, es titular de unos derechos específicos. La misma Declaración universal de los derechos humanos, que constituye una conquista de civilización jurídica de valor realmente universal, afirma que « la familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado »[7]. Por su parte, la Santa Sede ha querido reconocer una especial dignidad jurídica a la familia publicando la Carta de los derechos de la familia. En el Preámbulo se dice: « Los derechos de la persona, aunque expresados como derechos del individuo, tienen una dimensión fundamentalmente social que halla su expresión innata y vital en la familia »[8]. Los derechos enunciados en la Carta manifiestan y explicitan la ley natural, inscrita en el corazón del ser humano y que la razón le manifiesta. La negación o restricción de los derechos de la familia, al oscurecer la verdad sobre el hombre, amenaza los fundamentos mismos de la paz.
5. Por tanto, quien obstaculiza la institución familiar, aunque sea inconscientemente, hace que la paz de toda la comunidad, nacional e internacional, sea frágil, porque debilita lo que, de hecho, es la principal « agencia » de paz. Éste es un punto que merece una reflexión especial: todo lo que contribuye a debilitar la familia fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, lo que directa o indirectamente dificulta su disponibilidad para la acogida responsable de una nueva vida, lo que se opone a su derecho de ser la primera responsable de la educación de los hijos, es un impedimento objetivo para el camino de la paz. La familia tiene necesidad de una casa, del trabajo y del debido reconocimiento de la actividad doméstica de los padres; de escuela para los hijos, de asistencia sanitaria básica para todos. Cuando la sociedad y la política no se esfuerzan en ayudar a la familia en estos campos, se privan de un recurso esencial para el servicio de la paz. Concretamente, los medios de comunicación social, por las potencialidades educativas de que disponen, tienen una responsabilidad especial en la promoción del respeto por la familia, en ilustrar sus esperanzas y derechos, en resaltar su belleza.


La humanidad es una gran familia

6. La comunidad social, para vivir en paz, está llamada a inspirarse también en los valores sobre los que se rige la comunidad familiar. Esto es válido tanto para las comunidades locales como nacionales; más aún, es válido para la comunidad misma de los pueblos, para la familia humana, que vive en esa casa común que es la tierra. Sin embargo, en esta perspectiva no se ha de olvidar que la familia nace del « sí » responsable y definitivo de un hombre y de una mujer, y vive del « sí » consciente de los hijos que poco a poco van formando parte de ella. Para prosperar, la comunidad familiar necesita el consenso generoso de todos sus miembros. Es preciso que esta toma de conciencia llegue a ser también una convicción compartida por cuantos están llamados a formar la común familia humana. Hay que saber decir el propio « sí » a esta vocación que Dios ha inscrito en nuestra misma naturaleza. No vivimos unos al lado de otros por casualidad; todos estamos recorriendo un mismo camino como hombres y, por tanto, como hermanos y hermanas. Por eso es esencial que cada uno se esfuerce en vivir la propia vida con una actitud responsable ante Dios, reconociendo en Él la fuente de la propia existencia y la de los demás. Sobre la base de este principio supremo se puede percibir el valor incondicionado de todo ser humano y, así, poner las premisas para la construcción de una humanidad pacificada. Sin este fundamento trascendente, la sociedad es sólo una agrupación de ciudadanos, y no una comunidad de hermanos y hermanas, llamados a formar una gran familia.


Familia, comunidad humana y medio ambiente

7. La familia necesita una casa a su medida, un ambiente donde vivir sus propias relaciones. Para la familia humana, esta casa es la tierra, el ambiente que Dios Creador nos ha dado para que lo habitemos con creatividad y responsabilidad. Hemos de cuidar el medio ambiente: éste ha sido confiado al hombre para que lo cuide y lo cultive con libertad responsable, teniendo siempre como criterio orientador el bien de todos. Obviamente, el valor del ser humano está por encima de toda la creación. Respetar el medio ambiente no quiere decir que la naturaleza material o animal sea más importante que el hombre. Quiere decir más bien que no se la considera de manera egoísta, a plena disposición de los propios intereses, porque las generaciones futuras tienen también el derecho a obtener beneficio de la creación, ejerciendo en ella la misma libertad responsable que reivindicamos para nosotros. Y tampoco se ha de olvidar a los pobres, excluidos en muchos casos del destino universal de los bienes de la creación. Hoy la humanidad teme por el futuro equilibrio ecológico. Sería bueno que las valoraciones a este respecto se hicieran con prudencia, en diálogo entre expertos y entendidos, sin apremios ideológicos hacia conclusiones apresuradas y, sobre todo, concordando juntos un modelo de desarrollo sostenible, que asegure el bienestar de todos respetando el equilibrio ecológico. Si la tutela del medio ambiente tiene sus costes, éstos han de ser distribuidos con justicia, teniendo en cuenta el desarrollo de los diversos países y la solidaridad con las futuras generaciones. Prudencia no significa eximirse de las propias responsabilidades y posponer las decisiones; significa más bien asumir el compromiso de decidir juntos después de haber ponderado responsablemente la vía a seguir, con el objetivo de fortalecer esa alianza entre ser humano y medio ambiente que ha de ser reflejo del amor creador de Dios, del cual procedemos y hacia el cual caminamos.
8. A este respecto, es fundamental « sentir » la tierra como « nuestra casa común » y, para ponerla al servicio de todos, adoptar la vía del diálogo en vez de tomar decisiones unilaterales. Si fuera necesario, se pueden aumentar los ámbitos institucionales en el plano internacional para afrontar juntos el gobierno de esta « casa » nuestra; sin embargo, lo que más cuenta es lograr que madure en las conciencias la convicción de que es necesario colaborar responsablemente. Los problemas que aparecen en el horizonte son complejos y el tiempo apremia. Para hacer frente a la situación de manera eficaz es preciso actuar de común acuerdo. Un ámbito en el que sería particularmente necesario intensificar el diálogo entre las Naciones es el de la gestión de los recursos energéticos del planeta. A este respecto, se plantea una doble urgencia para los países tecnológicamente avanzados: por un lado, hay que revisar los elevados niveles de consumo debidos al modelo actual de desarrollo y, por otro, predisponer inversiones adecuadas para diversificar las fuentes de energía y mejorar la eficiencia energética. Los países emergentes tienen hambre de energía, pero a veces este hambre se sacia a costa de los países pobres que, por la insuficiencia de sus infraestructuras y tecnología, se ven obligados a malvender los recursos energéticos que tienen. A veces, su misma libertad política queda en entredicho con formas de protectorado o, en todo caso, de condicionamiento que se muestran claramente humillantes.


Familia, comunidad humana y economía

9. Una condición esencial para la paz en cada familia es que se apoye sobre el sólido fundamento de valores espirituales y éticos compartidos. Pero se ha de añadir que se tiene una auténtica experiencia de paz en la familia cuando a nadie le falta lo necesario, y el patrimonio familiar —fruto del trabajo de unos, del ahorro de otros y de la colaboración activa de todos— se administra correctamente con solidaridad, sin excesos ni despilfarro. Por tanto, para la paz familiar se necesita, por una parte, la apertura a un patrimonio trascendente de valores, pero al mismo tiempo no deja de tener su importancia un sabio cuidado tanto de los bienes materiales como de las relaciones personales. Cuando falta este elemento se deteriora la confianza mutua por las perspectivas inciertas que amenazan el futuro del núcleo familiar.
10. Una consideración parecida puede hacerse respecto a esa otra gran familia que es la humanidad en su conjunto. También la familia humana, hoy más unida por el fenómeno de la globalización, necesita además un fundamento de valores compartidos, una economía que responda realmente a las exigencias de un bien común de dimensiones planetarias. Desde este punto de vista, la referencia a la familia natural se revela también singularmente sugestiva. Hay que fomentar relaciones correctas y sinceras entre los individuos y entre los pueblos, que permitan a todos colaborar en plan de igualdad y justicia. Al mismo tiempo, es preciso comprometerse en emplear acertadamente los recursos y en distribuir la riqueza con equidad. En particular, las ayudas que se dan a los países pobres han de responder a criterios de una sana lógica económica, evitando derroches que, en definitiva, sirven sobre todo para el mantenimiento de un costoso aparato burocrático. Se ha de tener también debidamente en cuenta la exigencia moral de procurar que la organización económica no responda sólo a las leyes implacables de los beneficios inmediatos, que pueden resultar inhumanas.


Familia, comunidad humana y ley moral

11. Una familia vive en paz cuando todos sus miembros se ajustan a una norma común: esto es lo que impide el individualismo egoísta y lo que mantiene unidos a todos, favoreciendo su coexistencia armoniosa y la laboriosidad orgánica. Este criterio, de por sí obvio, vale también para las comunidades más amplias: desde las locales a la nacionales, e incluso a la comunidad internacional. Para alcanzar la paz se necesita una ley común, que ayude a la libertad a ser realmente ella misma, en lugar de ciega arbitrariedad, y que proteja al débil del abuso del más fuerte. En la familia de los pueblos se dan muchos comportamientos arbitrarios, tanto dentro de cada Estado como en las relaciones de los Estados entre sí. Tampoco faltan tantas situaciones en las que el débil tiene que doblegarse, no a las exigencias de la justicia, sino a la fuerza bruta de quien tiene más recursos que él. Hay que reiterarlo: la fuerza ha de estar moderada por la ley, y esto tiene que ocurrir también en las relaciones entre Estados soberanos.
12. La Iglesia se ha pronunciado muchas veces sobre la naturaleza y la función de la ley: la norma jurídica que regula las relaciones de las personas entre sí, encauzando los comportamientos externos y previendo también sanciones para los transgresores, tiene como criterio la norma moral basada en la naturaleza de las cosas. Por lo demás, la razón humana es capaz de discernirla al menos en sus exigencias fundamentales, llegando así hasta la Razón creadora de Dios que es el origen de todas las cosas. Esta norma moral debe regular las opciones de la conciencia y guiar todo el comportamiento del ser humano. ¿Existen normas jurídicas para las relaciones entre las Naciones que componen la familia humana? Y si existen, ¿son eficaces? La respuesta es sí; las normas existen, pero para lograr que sean verdaderamente eficaces es preciso remontarse a la norma moral natural como base de la norma jurídica, de lo contrario ésta queda a merced de consensos frágiles y provisionales.
13. El conocimiento de la norma moral natural no es imposible para el hombre que entra en sí mismo y, situándose frente a su propio destino, se interroga sobre la lógica interna de las inclinaciones más profundas que hay en su ser. Aunque sea con perplejidades e incertidumbres, puede llegar a descubrir, al menos en sus líneas esenciales, esta ley moral común que, por encima de las diferencias culturales, permite que los seres humanos se entiendan entre ellos sobre los aspectos más importantes del bien y del mal, de lo que es justo o injusto. Es indispensable remontarse hasta esta ley fundamental empleando en esta búsqueda nuestras mejores energías intelectuales, sin dejarnos desanimar por los equívocos o las tergiversaciones. De hecho, los valores contenidos en la ley natural están presentes, aunque de manera fragmentada y no siempre coherente, en los acuerdos internacionales, en las formas de autoridad reconocidas universalmente, en los principios del derecho humanitario recogido en las legislaciones de cada Estado o en los estatutos de los Organismos internacionales. La humanidad no está « sin ley ». Sin embargo, es urgente continuar el diálogo sobre estos temas, favoreciendo también la convergencia de las legislaciones de cada Estado hacia el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales. El crecimiento de la cultura jurídica en el mundo depende además del esfuerzo por dar siempre consistencia a las normas internacionales con un contenido profundamente humano, evitando rebajarlas a meros procedimientos que se pueden eludir fácilmente por motivos egoístas o ideológicos.


Superación de los conflictos y desarme

14. La humanidad sufre hoy, lamentablemente, grandes divisiones y fuertes conflictos que arrojan densas nubes sobre su futuro. Vastas regiones del planeta están envueltas en tensiones crecientes, mientras que el peligro de que aumenten los países con armas nucleares suscita en toda persona responsable una fundada preocupación. En el Continente africano, a pesar de que numerosos países han progresado en el camino de la libertad y de la democracia, quedan todavía muchas guerras civiles. El Medio Oriente sigue siendo aún escenario de conflictos y atentados, que influyen también en Naciones y regiones limítrofes, con el riesgo de quedar atrapadas en la espiral de la violencia. En un plano más general, se debe hacer notar, con pesar, un aumento del número de Estados implicados en la carrera de armamentos: incluso Naciones en vías de desarrollo destinan una parte importante de su escaso producto interior para comprar armas. Las responsabilidades en este funesto comercio son muchas: están, por un lado, los países del mundo industrialmente desarrollado que obtienen importantes beneficios por la venta de armas y, por otro, están también las oligarquías dominantes en tantos países pobres que quieren reforzar su situación mediante la compra de armas cada vez más sofisticadas. En tiempos tan difíciles, es verdaderamente necesaria una movilización de todas las personas de buena voluntad para llegar a acuerdos concretos con vistas a una eficaz desmilitarización, sobre todo en el campo de las armas nucleares. En esta fase en la que el proceso de no proliferación nuclear está estancado, siento el deber de exhortar a las Autoridades a que reanuden las negociaciones con una determinación más firme de cara al desmantelamiento progresivo y concordado de las armas nucleares existentes. Soy consciente de que al renovar esta llamada me hago intérprete del deseo de cuantos comparten la preocupación por el futuro de la humanidad.
15. Hace ahora sesenta años, la Organización de las Naciones Unidas hacía pública de modo solemne la Declaración universal de los derechos humanos (1948-2008). Con aquel documento la familia humana reaccionaba ante los horrores de la Segunda Guerra Mundial, reconociendo la propia unidad basada en la igual dignidad de todos los hombres y poniendo en el centro de la convivencia humana el respeto de los derechos fundamentales de los individuos y de los pueblos: fue un paso decisivo en el camino difícil y laborioso hacia la concordia y la paz. Una mención especial merece también la celebración del 25 aniversario de la adopción por parte de la Santa Sede de la Carta de los derechos de la familia (1983-2008), así como el 40 aniversario de la celebración de la primera Jornada Mundial de la Paz (1968-2008). La celebración de esta Jornada, fruto de una intuición providencial del Papa Pablo VI, y retomada con gran convicción por mi amado y venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II, ha ofrecido a la Iglesia a lo largo de los años la oportunidad de desarrollar, a través de los Mensajes publicados con ese motivo, una doctrina orientadora en favor de este bien humano fundamental. Precisamente a la luz de estas significativas efemérides, invito a todos los hombres y mujeres a que tomen una conciencia más clara sobre la común pertenencia a la única familia humana y a comprometerse para que la convivencia en la tierra refleje cada vez más esta convicción, de la cual depende la instauración de una paz verdadera y duradera. Invito también a los creyentes a implorar a Dios sin cesar el gran don de la paz. Los cristianos, por su parte, saben que pueden confiar en la intercesión de la que, siendo la Madre del Hijo de Dios que se hizo carne para la salvación de toda la humanidad, es Madre de todos.

Deseo a todos un feliz Año nuevo.

Vaticano, 8 de diciembre de 2007.