viernes, 2 de enero de 2009

Cantares de amor,
a la orilla del tiempo que fluye…



No tiene ocaso el amor,
Nunca atardece su día,
No declina su alegría,
No se marchita su flor.
En esta tarde, Señor,
Tu Iglesia, de amor cautiva,
Su fe y su esperanza aviva,
Y se enciende enamorada,
Sin consumirse, abrasada
En la llama de amor viva.

Vendrá la noche que, oscura,
Es memoria de tu ausencia,
Y es tu forma de presencia
Más cercana y la más pura.
Prendada de tu hermosura,
Saldrá a buscarte la Esposa,
Preguntando a cada cosa
En la noche por su Amado,
Hasta hallar que te has quedado
En esa ausencia penosa.

Dulce amargura de amor,
Plenitud si nos vacía,
Pena que alumbra alegría,
Llaga que aquieta el dolor.
Déjala abierta, Señor,
Esta dulcísima herida,
Hasta que llegue cumplida
La dicha de contemplarte,
Y que podamos amarte
Sin más noche y sin medida.


Feliz año 2009.
Siempre en el corazón Cristo.

+ Fr. Santiago Agrelo Martínez
Arzobispo de Tánger


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