martes, 30 de septiembre de 2008

El Supremo impide apostatar

Religión Digital - Martes, 30 de septiembre 2008

El Tribunal Supremo ha anulado la sentencia de la Audiencia Nacional que consideraba los Libros de Bautismo como ficheros de datos en los que se podían añadir anotaciones de cancelaciones, y ha admitido el recurso de casación que interpuso el Arzobispado de Valencia.

La sentencia del Supremo declara también nula, por no ser ajustada a derecho, una resolución de la Agencia Española de Protección de Datos de 23 de mayo de 2006, que obligaba al arzobispado de Valencia a la anotación por nota marginal en el Libro de Bautismo de la solicitud de cancelación de dicha inscripción, a petición de una persona.

La sentencia del Supremo, de fecha 19 de septiembre, a la que ha tenido acceso Efe, considera que los Libros de Bautismo, como señalaron los servicios jurídicos del arzobispado de Valencia, no tienen la consideración de fichero, por lo que no están sujetos a la legislación en materia de protección de datos.

La sección sexta de la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Supremo ha decidido admitir el recurso del Arzobispado de Valencia y anular la resolución de la Agencia de Protección de Datos por la que le obligaba a realizar una anotación marginal en la partida de bautismo de un ciudadano que había pedido cancelar su incripción.

La sala entiende que los libros de bautismo no pueden ser considerados "en ningún caso" ficheros por lo que no están sujetos a la legislación en materia de protección de datos.

Así lo considera en una sentencia de 18 páginas, que cuenta con el voto particular de uno de los magistrados, Joaquín Huelin Martínez de Velasco, quien entiende que para pronunciarse sobre esta cuestión se debería haber preguntado al Tribunal de Justicia sobre los efectos del concepto de fichero que contiene la Directiva Europea aplicable.

Con esta decisión, la sala estima el recurso del Arzobispado de Valencia contra una sentencia de la Audiencia Nacional en la que se instaba a la institución eclesiástica a anotar en su partida de bautismo que había ejercido su derecho de cancelación de la inscripción.

El Arzobispado recurrió alegando una infracción del Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos suscritos entre la Santa Sede y el Estado en 1979, de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa y la de la Protección de Datos, aunque la sala no ha entrado en el estudio de las dos primeras alegaciones al estimar en primer lugar el tercer argumento.

Datos sin orden y de difícil acceso

La sentencia, cuya ponente ha sido la magistrada Margarita Robles, explica que no se puede aceptar que los datos personales recogidos en los libros de bautismo sean un conjunto "organizado", tal y como exige la ley de Protección de Datos.

A juicio del Tribunal, "resultan una pura acumulación que comporta una difícil búsqueda, acceso e identificación en cuanto no están ordenados ni alfabéticamente, ni por fecha de nacimiento, sino sólo por las fechas de bautismo.

Recuerda, además, para acceder a esta información "es necesario el conocimiento previo de la Parroquia donde aquel tuvo lugar, no resultando además accesibles para terceros distintos del bautizado, que no podrían solicitar ajenas partidas de bautismo".

Asimismo, tampoco "olvida" que salvo la sentencia de la Audiencia Nacional que dio la razón al reclamante, "nadie, ni la propia administración, como recoge en su resolución, ni siquiera el propio solicitante de la cancelación, que se aquieta con aquella, han considerado los libros de bautismo como ficheros", de acuerdo con la ley de Protección de Datos.

Se trata de un hecho histórico

En esta línea, añade que el precepto normativo establece que los datos de carácter personal serán "exactos y puestos al día" de forma que respondan con veracidad a la situación actual del afectado" pero sostiene que en los libros de bautismo "no cabe apreciar ninguna inexactitud de datos" porque recogen un "dato histórico cierto, salvo que se acredite la falsedad", que es el bautismo de una persona.

"Cuando ésta solicita la cancelación de ese hecho, no está pretendiendo que se corrija una inexactitud en cuanto al mismo, sino que en definitiva está intentando y solicitando un sistema nuevo y diferente de registro de nuevos datos personales", mantiene.

Asimismo, reitera que los libros de bautismo "no constituyen ficheros en los claros y específicos términos" en que se consideran así tanto en la LO 15/99 de Protección de Datos ni tampoco en la Directiva 95 95/46 de la CE.

En este sentido, explica que la normativa europea define los ficheros de datos personales como conjuntos "estructurados" y "accesibles" con arreglo a determinados criterios, que puedan ser tratados como "cualquier operación o conjunto de operaciones efectuadas o no mediante procedimientos automatizados.

El origen de la disputa jurídica se inició cuando el ciudadano Manel Blat González recurrió a la Agencia Española de Protección de Datos para que la parroquia en la que fue bautizado retirase del Libro de Bautismo su nombre. El 23 de mayo de 2006, la AEPD estimó parcialmente la solicitud de Blat y pidió al Arzopispado de Valencia que, en el plazo de diez días, certificase que había anotado en la partida de bautismo del apóstata el hecho de que éste había solicitado la cancelación de su inscripción.

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