En el siglo XII doña Munia Froilaz, noble emparentada con la familia real de aquel tiempo, ve fallecer a su hijo ahogado en el río Xuvia, decide depositar su cadáver en un monasterio donde también ella descanse algún día. Nace el Monasterio de San Salvador de Pedroso bajo la tutela de los monjes de la Orden de Regulares de San Agustín. La Iglesia situada en el castro antiguo, dedicada a Santa María se convierte en una capilla, y la nueva parroquia se inaugura dedicada a San Salvador. Con la desaparición de los Regulares, en tiempos de los Reyes Católicos, la Iglesia queda en ruinas, especialmente por el deterioro que el cercano Río Xuvia había hecho en sus muros. El caballero de San Sandurniño, Juan Freire de Adrade, procuró su restauración pero diferencias de intereses con el cabildo mindoniense imposibilitaron este intento. En el siglo XVIII el pueblo comenzó a reconstruir su parroquia integrando en ella pequeñas piezas de la antigua: lápidas sepulcrales (encofradas bajo las baldosas de la actual), un capitel prerrománico transformado en pila del agua bendita, y una pila propiamente, también prerrománica.
En el presente curso hemos re-iluminado la parroquia provisionalmente, aguardando la decisión de “Industria” para una nueva instalación eléctrica (el amperaje del contador es insuficiente y la instalación obsoleta). En el momento en el que se nos comuniquen las condiciones acometeremos la nueva instalación. Se ha retirado una lámpara de hierro que impedía la visión del retablo, y se reubicará en algún otro espacio de la parroquial.
Y siguiendo los orígenes de la parroquia (dedicada al principio de los tiempos a Santa María), se ha adquirido para coronar el retablo, una imagen de la Virgen como Madre de Dios que respondiese al estilo de dicha época. Ante el mal estado del Vía Crucis se ha procedido a la adquisición y colocación de uno nuevo. Quedan muchas cosas y elementos por hacer, y que veremos que se irán integrando en los próximos meses, pero se irán afrontando paulatinamente desde los recursos humildes y sencillos de una parroquia pequeña que en estos días celebra sus fiestas.
También se ha buscado tener una imagen de San José, dada su celebración anual en la costumbre parroquial, y se ha recurrido a los talleres compostelanos de César Ouro, con el fin de cubrir las peanas vacías del retablo de la Capilla, con alguna imagen acorde a un santuario mariano. Próximamente llegarán a la capilla otras imágenes que respondan a las que los libros parroquiales citan en los siglos XVII y XVIII y que existían en esos tiempos en la parroquia.
Buscando una mejor atención y cuidado de los dos lugares de culto se ha recuperado un horario de celebraciones que hasta hace pocos años se venía realizando. El próximo Domingo día 15 la celebración vuelve a ser en esta parroquial, como corresponde a ese horario (1º,3º y 5º en la parroquia) (2º y 4º en la Capilla).
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