Queridos sacerdotes, consagrados y laicos:
Clausuramos hace poco el Año Jubilar de S. Rosendo. En una bella celebración en la Catedral, todos nos unimos en acción de gracias por los abundantes frutos que se produjeron entre nosotros, sobre todo espirituales, pero también pastorales, culturales y sociales. Contribuyó sin duda a fortalecer las raíces de nuestra fe y a robustecer nuestra conciencia de Iglesia diocesana. El Año Jubilar ha sido sin duda un acontecimiento eclesial de gran importancia. Ha sido un año de alegría, de gracia, de perdón y de salvación.
Durante el Año Jubilar, la figura de S. Rosendo entró en nuestras vidas. Hasta hace poco nos resultaba casi desconocida. Pero hemos podido contemplar las diversas facetas de su vida y, de algún modo, nos ha cautivado. A partir de ahora comenzamos una nueva etapa en la que queremos que el santo Patrono de nuestra diócesis nos acompañe y siga haciéndose presente para fortalecer nuestra fe.
Hay múltiples iniciativas que pueden ir siendo realidad entre nosotros. Se ha hablado de que en algunas de nuestras parroquias se podría poner al culto una réplica de alguna de las bellas imágenes del santo que tenemos en la diócesis. Sin duda habrán de tener continuidad los estudios rigurosos sobre lo que S. Rosendo representa en la Galicia de su tiempo. Y habrá de estimularse el culto y la devoción a nuestro Santo patrono por los medios que tenemos a nuestro alcance.
El día 1 de marzo celebraremos su fiesta. Puede ser una oportunidad magnífica para recuperar y completar algunos frutos del Año Jubilar. Podemos prepararla con un triduo o una novena, según las posibilidades de las diversas parroquias y centros de culto. Tenemos materiales a disposición para ello.
Y veamos también la posibilidad de organizar alguna actividad que vaya más allá del ámbito litúrgico. Quizá algunos subsidios que se prepararon para niños y jóvenes no los hemos usado. Pues utilicémoslos con motivo de la fiesta.
Alabemos al Señor admirable en sus santos y agradezcamos los múltiples favores que nos vienen a través de la intercesión de S. Rosendo.
Con mi afecto y mi bendición
† Manuel Sánchez Monge, Obispo de Mondoñedo-Ferrol
Clausuramos hace poco el Año Jubilar de S. Rosendo. En una bella celebración en la Catedral, todos nos unimos en acción de gracias por los abundantes frutos que se produjeron entre nosotros, sobre todo espirituales, pero también pastorales, culturales y sociales. Contribuyó sin duda a fortalecer las raíces de nuestra fe y a robustecer nuestra conciencia de Iglesia diocesana. El Año Jubilar ha sido sin duda un acontecimiento eclesial de gran importancia. Ha sido un año de alegría, de gracia, de perdón y de salvación.
Durante el Año Jubilar, la figura de S. Rosendo entró en nuestras vidas. Hasta hace poco nos resultaba casi desconocida. Pero hemos podido contemplar las diversas facetas de su vida y, de algún modo, nos ha cautivado. A partir de ahora comenzamos una nueva etapa en la que queremos que el santo Patrono de nuestra diócesis nos acompañe y siga haciéndose presente para fortalecer nuestra fe.
Hay múltiples iniciativas que pueden ir siendo realidad entre nosotros. Se ha hablado de que en algunas de nuestras parroquias se podría poner al culto una réplica de alguna de las bellas imágenes del santo que tenemos en la diócesis. Sin duda habrán de tener continuidad los estudios rigurosos sobre lo que S. Rosendo representa en la Galicia de su tiempo. Y habrá de estimularse el culto y la devoción a nuestro Santo patrono por los medios que tenemos a nuestro alcance.
El día 1 de marzo celebraremos su fiesta. Puede ser una oportunidad magnífica para recuperar y completar algunos frutos del Año Jubilar. Podemos prepararla con un triduo o una novena, según las posibilidades de las diversas parroquias y centros de culto. Tenemos materiales a disposición para ello.
Y veamos también la posibilidad de organizar alguna actividad que vaya más allá del ámbito litúrgico. Quizá algunos subsidios que se prepararon para niños y jóvenes no los hemos usado. Pues utilicémoslos con motivo de la fiesta.
Alabemos al Señor admirable en sus santos y agradezcamos los múltiples favores que nos vienen a través de la intercesión de S. Rosendo.
Con mi afecto y mi bendición
† Manuel Sánchez Monge, Obispo de Mondoñedo-Ferrol
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