Con señales de humo
A día de hoy se puede decir que vivimos en la era de la tecnología y de la información. Y a juzgar por las circunstancias parece que son los medios de comunicación los que deciden si algo es interesante o no. ¿Lo es la elección de un nuevo Papa?. Atendiendo a la cobertura mediática podríamos decir que sí, pues ya se han solicitado más de cinco mil acreditaciones para cubrir este evento histórico: la renuncia de un papa y su consecuencia lógica, el cónclave.
Estaremos informados por la prensa, la radio, la televisión y –más que nunca– a través de las redes sociales. Sin embargo, en la era de la tecnología, resulta paradójico, la gran noticia será anunciada de la forma más pintoresca: “con señales de humo”.
No me detendré a comentar el funcionamiento este magno y ancestral invento porque con tanta información creo que ya nos podemos considerar todos unos expertos vaticanistas. Sólo me detendré en una pequeña curiosidad: su ubicación. En la parte más alta de la capilla Sixtina, visible desde la plaza de san Pedro, un operario vaticano tendrá su minuto de gloria mediático en los próximos días porque instalará la “chimenea pontificia”. Todos hablarán de la chimenea, del proceso para hacer fumata blanca o negra, de si el operario llevaba casco o no, etc. Entonces habrá comenzado una “fumata” muy particular: convertir lo anecdótico en noticia y lo verdaderamente importante en anecdótico.
Saber dónde está ubicada la “chimenea” es anecdótico –a lo sumo, cultura general–. Lo importante y relevante para un gran número de personas en todo el mundo es la elección del nuevo Papa y sucesor de Pedro. Esta cuestión a muchos les puede resultar indiferente (están en su derecho); sin embargo, a los que profesan su fe en Cristo en el seno de la Iglesia Católica (más de 1.200 millones de personas que también están en su derecho) el Papa implica un plus: principio de unidad y comunión, referente moral y doctrinal, pastor de la Iglesia universal… (cf. Lumen gentium)
Publicado en Faro de Vigo (06.03.2013)
Publicado en Faro de Vigo (06.03.2013)
Oscar Valado
Roma, 5 de marzo de 2013
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