La visita
«Por aquellos días, María se puso en camino y se fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño empezó a dar saltos en su seno. Entonces Isabel, exclamó a grandes voces: “Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme?» Estas palabras rescatadas directamente del Evangelio de Lucas recogen un encuentro entrañable entre dos primas, ambas embarazadas.
Se trata de un encuentro verdaderamente emocionante. Ciertamente la disponibilidad de María que embarazada se pone en camino y va deprisa a la montaña es algo que refleja una actitud de la madre de Jesús y que es digno de rescatar porque además de ser ejemplar, emociona. Especialmente en una sociedad adormecida. Comienza un nuevo día, igual vendría bien revisar nuestras actitudes respecto a esto de la visita, aunque fuera fugaz. Se trata de humanizar las relaciones entre las personas, se trata de hacer un mundo más habitable donde las relaciones sociales tomen un protagonismo importante, máxime si estamos hablando de personas que necesitan de nuestra visita.
Se trata de un encuentro verdaderamente emocionante. Ciertamente la disponibilidad de María que embarazada se pone en camino y va deprisa a la montaña es algo que refleja una actitud de la madre de Jesús y que es digno de rescatar porque además de ser ejemplar, emociona. Especialmente en una sociedad adormecida. Comienza un nuevo día, igual vendría bien revisar nuestras actitudes respecto a esto de la visita, aunque fuera fugaz. Se trata de humanizar las relaciones entre las personas, se trata de hacer un mundo más habitable donde las relaciones sociales tomen un protagonismo importante, máxime si estamos hablando de personas que necesitan de nuestra visita.
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