viernes, 29 de enero de 2010
Café-Coloquio do noso Bispo en EGERIA (Santiago)
( grazas a pastoralsantiago.org )
"Las familias cristianas están llamadas a vivir intensamente la espiritualidad familiar, a llevar hasta el límite las promesas bautismales, a vivir la ayuda mutua y dar así testimonio de lo que creen. Apostar fuerte por llevar adelante las propias convicciones, pretender la santidad viviendo en familia, no es precisamente espiritualismo.
Ahora bien, para vivir así no valen mediocridades. Por otra parte, no se trata exclusivamente de esfuerzos humanos casi heroicos.
El poder de Dios se manifiesta cuando el hombre reconoce su propia debilidad. Lo que no obsta para que a la tierra prometida del gozo y la felicidad familiar sólo se llegue cruzando el desierto de los cansancios, las crisis y las ‘noches oscuras’. Sólo quien es capaz de caminar en la oscuridad alcanza la luz. Una familia cristiana que lo es de verdad, vive a contracorriente y no puede aspirar a una vida cómoda y sin tensiones. Necesitamos familias católicas que, luchando con la confianza puesta en Dios, se sientan invencibles. Unas familias así son, en un mundo que se precia de no creer en Dios ni en el amor limpio y sacrificado, una ‘teofanía’: una manifestación de Dios, de su amor fiel y lleno de ternura.
Nada de intentar justificarse diciendo ‘nosotros no podemos’ cuando en realidad lo que sucede es que no queremos. No estamos para blandenguerías, anemias espirituales y miedos paralizantes. ¡Despierten las familias dormidas, levántense las abatidas, acompañemos a las que flaquean, animemos a las que se vienen abajo!
Todos somos débiles; pero no estamos llamados al conformismo, a la mediocridad, a seguir durmiendo mientras el mundo arde en las llamas del consumismo, de la superficialidad y del sálvese quien pueda. Necesitamos familias que vivan un cristianismo arriesgado, alegre y comunitario."
+Manuel Sánchez Monge, Obispo de Mondoñedo-Ferrol
domingo, 24 de enero de 2010
Cómo gestiona Cáritas las donaciones para Haití
Han llegado a la zona 24 personas de la red internacional
En la primera semana transcurrida desde el terremoto, Cáritas Española ha superado ya los 5 millones de euros en donaciones. Este dinero se está remitiendo a Cáritas Haití para financiar las operaciones de respuesta a la emergencia.
Desde el Área de Cooperación Internacional, se está coordinando con Cáritas Haiti y Cáritas Dominicana las necesidades identificadas y las posibilidades de logística para el envío, almacenamiento y transporte de equipos y materiales.
Asimismo, se está apoyando las labores de recepción de material humanitario y coordinando la comunicación necesaria desde España para identificar la realidad de las capacidades operativas.
viernes, 22 de enero de 2010
Seminaristas de Haití abandonados a su suerte
Algunos han quedado heridos, todos lo han perdido todo
ROMA, jueves, 21 enero 2010
Seminaristas de Haití han quedado abandonados a su suerte después de que el terremoto destruyera su seminario y en el pánico tuvieran que encontrar un techo donde cobijarse.
En el seminario nacional de Puerto Príncipe, antes del seísmo, había algo más de 250 estudiantes. Ayuda a la Iglesia Necesitada, preocupada por su suerte, informa que en el país han muerto al menos treinta seminaristas, pero no sólo diocesanos, sino también religiosos.
El 17 de enero, el obispo de Fort-Liberté, monseñor Chibly Langlois, en un mensaje dirigido a esa asociación pontificia revelaba lo que vieron las personas que él envió para recoger a dieciséis seminaristas a la capital.
"Uno de los seminaristas había pasado dos días y medio bajo los escombros --cuenta el prelado--. Otro estaba herido. Otros tres estaban bajo shock y necesitaban tratamientos particulares. He enviado dos seminaristas a la República Dominicana para que se sometan a exámenes médicos imposibles en Fort-Liberté".
"Además --sigue diciendo monseñor Langlois--, los seminaristas no han podido recuperar nada de lo que poseían. Esto significa que por nuestra parte es necesario no sólo ofrecer asistencia médica, sino también ayuda financiera para que puedan comprarse ropa de recambio y otros bienes de primera necesidad".
Ante esta situación, según informa a ZENIT Xavier Legorreta, responsable de las ayudas para América Latina de Ayuda a la Iglesia Necesitada, una de las urgencias será ofrecer los medios necesarios para reconstituir la comunidad de los seminaristas.
Con este motivo, la asociación ha enviado 100 mil dólares (unos 70 mil euros), que servirán para acoger a esta comunidad de seminaristas y responder a sus necesidades.
Esta ayuda da continuidad a un primer donativo de 70 mil dólares (50 mil euros), destinado a intervenciones de emergencia. La misma asociación ha anunciado que pronto destinará más ayudas.
Ayuda a la Iglesia Necesitada responde de este modo a un desesperado llamamiento lanzado por el arzobispo de Cabo Haitiano, monseñor Louis Kébreau, presidente de la Conferencia Episcopal de Haití.
La institución coordina su obra de asistencia con el nuncio apostólico en Haití, el arzobispo Bernardito Auza, quien está haciendo llegar las ayudas desde Santo Domingo, la capital de la vecina República Dominicana.
Monseñor Auza ha enviado a Ayuda a la Iglesia Necesitada una lista de las pérdidas más graves que ha experimentado la Iglesia en el país.
Prácticamente las 80 parroquias de la arquidiócesis de Puerto Príncipe y sus capillas (unas cuatro por parroquia) han quedado destruidas. "¡Estamos hablando de unas 320 capillas!", explica Legorreta al dar una idea de la enorme tarea que ahora tiene por delante la Iglesia local, que ha perdido al arzobispo de Puerto Príncipe y a su vicario general.
Ante las enormes necesidades, el nuncio apostólico confiesa: "No logro multiplicar mi saco de arroz".
Legorreta está preparando una misión de Ayuda a la Iglesia Necesitada para las próximas semanas a Haití para analizar cómo es posible responder a la situación de los seminaristas, así como otras necesidades dramáticas de la Iglesia en el país.
jueves, 21 de enero de 2010
Información de la PRESENCIA de los RELIGIOSOS en HAITI
2) Casa de los Misioneros del Sagrado Corazón. Casa nueva del noviciado destruida; pero todos están bien.
3) Scalabrinianos. Destrucción de la casa. Todos están bien.
4) Casa de las Hermanas Vedrunas (están en Fond Parisienne, zona no afectada).
5) Soeurs de la Charité de St. Hyacinthe. Casa totalmente destruida, ellas estaban en la capilla y se salvaron. Están todas bien.
6) Frères de lnstruction Chrétienne FIC.- Fr. DUFREINE AUGUSTE Presidente de la CHR CHR – Haití.- Hablamos con un Hermano. Tienen 5.500 refugiados en el patio de su casa. Se destruyó la Casa Provincial y murieron dos Hermanos franceses.
7) Casa Manresa.- Clérigos de San Viator. Tienen refugiados en su patio, y se les destruyó todo. Están bien.
8) Carmelitas Descalzas. Están bien y el convento no está afectado.
9) Hermanas de San Francisco de Asís. Se les ha destruido la casa y el convento, han perdido todo. Ellas están vivas.
10) Hermanas de la Congregación Filles de Marie (Hijas de María). Su casa ha quedado destruida totalmente y sepultadas muchas Hermanas (unas 15 muertas). Hay muchas heridas trasladadas a la República Dominicana.
11) Centro de Formación de Seminaristas. Estaban en clase, han muerto muchos. Los Monfortianos han perdido al menos 9 estudiantes.
12) Catedral, Arzobispado, Iglesia Diocesana. Han muerto sacerdotes, 30 ministros de la comunión y el Arzobispo Miot.
Los Franciscanos en Haití ante el terremoto
La Orden de Frailes Menores tiene en Haití tres fraternidades, todas en Puerto Principe. Los hermanos están a salvo, pero la casa de San Alexandre quedó destruida; la parroquia "Cruz de Misión" y la casa de la fraternidad ha sido muy afectada. Sólo una casa, que está a las afueras de la ciudad, quedó en pie. Fray A. Darío Carrero, custodio de los hermanos en el Caribe, estuvo en Haití antes del terremoto y vivió esa tremenda experiencia. A su regreso a Puerto Rico, ha traido noticias sobre los frailes y algunas imágenes.
jueves, 14 de enero de 2010
" CARITAS CON HAITI "
Evanxeo do Domingo
"Haced lo que Él os diga"
Domingo II T. Ordinario. Ciclo C
Is 62, 1-5; Sal 95, 1-10; 1Co 12, 4-11; Jn 2, 1-11
La Liturgia nos adentra en el Tiempo Ordinario que tiene de extraordinario la oportunidad de ofrecernos a todos los bautizados seguir profundizando en el Misterio de Cristo, desde el acontecimiento de la Pascua de Resurrección y Navidad-Epifanía que recientemente hemos celebrado, y vivirlo en el desarrollo de la vida de cada día, todos los días.
Jesús sigue manifestando su gloria con signos eficaces de gracia, de amor. Amor apasionado, alegre, festivo, divino de Dios-Esposo con su Esposa-cada persona-la Iglesia-la Humanidad, engalanada por el Espíritu con variedad de dones, servicios y funciones que facilitan la comunión vocacional, fraterna, de misión para el bien común. En el episodio de la boda de Caná, en Galilea, “misterio de luz” con la presencia de la Virgen María, donde el Señor Jesús es también invitado con sus discípulos, la celebración se hace Fiesta con el “vino bueno” (de la Alianza nueva y eterna), en la que la Madre de Jesús provee el paso de la Antigua (“no les queda vino”) a la Nueva y definitiva Alianza.
El signo realizado por Jesús manifiesta su gloria y al ser contemplado por sus discípulos hace crecer la fe de éstos en Él. En este Año Sacerdotal, donde estamos llamados a explorar y redescubrir la grandeza de este sacramento, perseverando en la amistad de Dios y que nos santifica en la verdad, participar este domingo del banquete Eucarístico que anticipa el banquete del Reino, de las bodas del Cordero, nos hace “contar las maravillas del Señor a todos” y nuestra oración con el profeta se hace misión: “por amor... no callaré, no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia y su salvación llamee como antorcha”.
Juan Manuel Barreiro, sacerdote