Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.
Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la Luz,
para que todos creyeran por él. No era él la Luz,
sino quien debía dar testimonio de la Luz.
Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la Luz,
para que todos creyeran por él. No era él la Luz,
sino quien debía dar testimonio de la Luz.
del Evangelio del día (Jn 1, 6-8. 19-28)
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