miércoles, 26 de febrero de 2014

 "mirad los lirios y las aves..."…
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jueves, 6 de febrero de 2014

Este fin de semana, Campaña contra el Hambre

Un proyecto común para un mundo nuevo

 Escrito del obispo con motivo de la Campaña contra el Hambre 2014 de Manos Unidas

Servicio Diocesano de Medios de Comunicación | Jueves, 6 de febrero de 2014

          



Queridos diocesanos:

Hace quince años, la comunidad internacional se comprometió firmemente a que en el año 2015 hubiese más personas que pudieran vivir de acuerdo a su dignidad.  Era lo que se llamó la “Declaración del Milenio” que ha logrado significativamente reducir el hambre, mejorar del acceso a la salud, a la educación, al trabajo y a la participación política. Sin embargo, los objetivos no se han logrado del todo. Si en nuestro mundo desarrollado la pobreza está haciendo estragos, en los países del Tercer Mundo donde trabaja Manos Unidas, la situación es infinitamente más grave. En los últimos años ha crecido el número de personas que viven con menos  de dos dólares al día, y, todavía hoy, en pleno siglo XXI, hay una enorme falta de trabajo digno, muchas personas se ven obligadas a refugiarse en otros países por causa de la guerra expuestas al tráfico de personas.

Enraizado en el octavo Objetivo de Desarrollo del Milenio, “Fomentar una asociación Mundial para el desarrollo”,  Manos Unidas sitúa su trabajo bajo el lema: “Un mundo nuevo, proyecto común”. Cinco palabras definen la acción de los hombres, y sobre todo, de las mujeres de Manos Unidas:

La ESPERANZA es el motor de su actividad. Su experiencia cristiana les ayuda a mirar hacia su interior y hacia el exterior. Y no pueden menos de constatar que sus fuerzas son escasas para tanto como hay que cambiar, pero saben que Dios acude en ayuda de su debilidad y por eso trabajan esperanzadas.

En el MUNDO, no en la estratosferacon los pies y la cabeza en la tierra. Pues saben bien que, aunque se dedican a los que más lo necesitan, no olvidan que cada hombre y mujer se ven afectados por su trabajo. Nuestra labor, buscando a los últimos, incluye a todos.

Para construir un mundo un NUEVO dando valor verdadero a lo bueno y erradicando las lacras que ya hay en él. Quieren edificar una civilización que permita reconocer a los oros como hermanos, en quienes se puede confiar. Una civilización en la que, estar de corazón los unos en los otros, sea una realidad. Una civilización edificada en el amor permitirá que nuestro mundo globalizado camine hacia la  pazla justicia y el amor


"Se trata de una tarea que afecta a todos, de forma particular y colectiva. La suya no es una tarea de cada uno aisladamente, sino un proyecto COMÚN, en el que a cada uno le corresponde su propio trabajo, unido al de los demás".


Falta una palabra hace posible las  anteriores... la FRATERNIDAD: La fe cristiana les ayuda a descubrir que reconocer al otro como hermano exige un cambio del propio corazón, un cambio en el que tenemos que trabajar cada uno, y que solo es posible cuando éste se recibe como regalo, cuando se experimenta como don. Para esto se necesita un ‘corazón nuevo’ que sólo Dios puede crear en nosotros y así nos hace hermanos.

Manos Unidas realiza su tarea en la Iglesia, pidiendo a Dios que les ayude en este cambio, y también a los responsables de las grandes decisiones de este mundo. Pedimos ser don para los otros. En este año trabajarán intensamente para dar a conocer a la sociedad española esos destellos que ya suceden en los países del Sur, y que permiten vislumbrar que un mundo nuevo es posible.

La delegación diocesana de Manos Unidas, juntamente con la comarcal de Villalba, financió varios proyectos: en Zambia se renovó un hospital rural; en Palestina se construyó un centro de rehabilitación de niños con problemas psíquicos; en Lesotho (África austral) se financió un centro de maternidad prenatal. Reciba, pues, de mi parte, en nombre de toda la diócesis, unas palabras de aliento y gratitud bien merecidas.

Con mi afecto y bendición,


† Manuel Sánchez Monge, obispo de Mondoñedo-Ferrol